lunes, 12 de noviembre de 2012



PALABRAS DE IRIS ACEITON 
 NO OLVIDARÉ  NADA, NADA…

¿Y cómo pretender hacerlo?  ¡Si no concibo apartar de mi memoria los rostros, de pupilas húmedas, luchando contra el torrente de lágrimas,  los susurros de voces y gargantas atascadas, la corta y sucesiva tos inventada, el suspiro escapado, a contrapelo, vergonzoso y culpable!
Es la misma sala del Consejo Universitario. Una espesa y muñida alfombra de un  suave color, recorre escaleras, butacas, escenario y explanada. Las murallas vestidas de un suave tono ostra, con un sólo cuadro pendido en sus entrañas. El mismo enorme rectángulo de colores y trazos de un reconocido pincel, orgullo de la pintura nacional. Roberto Matta y su obra: “Morir enfrentando las flechas”.  Allí estaba en el mismo muro  espectador de nuestros años felices. En la pared,  el boceto fetiche,   sobreviviente  de la ignominia y la barbarie, también allí  estaba ese día…Mudo, impertérrito, también estaba…
Primero es lenta la llegada. Ceibo con sus cajas de libros, libros de tapas rojas, brillantes, con los rostros de hombres y mujeres que jamás envejecieron, que detuvieron el reloj y su implacable marcha. Nuestro Goyo Mimica entre ellos, con sus ojos límpidos, transparentando su cristalina esencia.  Después, un desfile interminable de almas. Me abrazo  fuertemente con cada una de ellas, temiendo que el hechizo del momento,  un estruendo asesino lo desencante.
Pero sólo es el comienzo de una noche de magia. El solemne salón ya no contiene más corazones palpitantes, también en el acceso se aglutinan, luchando para no perderse un segundo del embrujo que ya se respira en el aire.
. Una bella melodía irrumpe en la sala repleta. La sinfonía embriagadora penetra los tímpanos y el músico Patricio Solovera acariciando su violín, le arranca infinitos acordes que nos traslada a su mundo perfecto de armonía y belleza. La presencia de una figura espectral  se posesiona de la escena. No tiene rostro, sólo garganta por donde  vomita llamaradas de denuncias, e imputaciones.  Un volcán en erupción encarnado en mujer nos transporta al horror, al miedo. La  tortura y la muerte  se instalan entre nosotros. Rebeca Garrido descubre su rostro y lo muestra limpio, provocador, exigiendo la verdad y la justicia   denegada. Los espíritus  de nuestros muertos, de nuestros desaparecidos  se instalan  en las butacas, en las escaleras, en las murallas.  Acopiando nuestros  cuerpos,  nos hacemos chiquititos,  le damos cabida, para que no se vayan, para que no nos dejen, para demostrarles  de alguna manera que jamás los olvidaremos. Sólo la voz reparadora y sosiega  de la Cecilia Jara puede  abstraernos de este instante de dolor y desgarro.  Su canto esperanzador y sublime lentamente nos devuelve la calma.
Emilio Daroch anuncia al poeta, jurista, abogado. Defensor de los DDHH, voz,  de los que nunca tuvieron voz, don Hernán Montealegre. Se impone con su presencia. Sus palabras, valientes, desafiantes; reivindica de manera magistral la figura de nuestro héroe inmolado, el presidente Salvador Allende.
La actriz Gloria König lo sucede,  presidenta de la Fundación Víctor Jara. Sus palabras son suaves como un susurro femenino y claro. Lee pasajes de mi libro, los enlaza con hermosos comentarios. Enaltece la amistad, el afecto que transversalmente domina a nuestro  grupo humano.
Osiel Núñez, último presidente de la FEUT. No logra disociarse de su rol de líder político y comprometido con la dislocada contingencia nacional, acusa y dispara.
Y yo,  finalmente…Con el corazón henchido de tanto amor desbordado. Trato de articular palabras, desprendiéndome de cualquier forma de la emoción que me rebalsa. Agradezco…
Mis ojos recorren la atiborrada sala. ¡Qué afortunada soy! ¡Los rostros aglomerados  que tanto amo! Los protagonistas de mi libro, los percibos a todos, también a los que partieron de manera anticipada. Mi sueño secreto de niña ilusionada, escritora humilde de las cosas que pasan. Las manos, las arrugadas y las tersas,  tañando la melodía  única y universal  del aplauso. Las almas celebrando de pie, el alumbramiento de mi libro: “Y todavía no olvido…” Y yo, sigo acumulando en mi memoria, momentos como éste, sin olvidar nada, nada…

Lanzamiento del Libro “Y todavía no olvido…
Sala del Honorable Consejo Universitario
Universidad de Santiago
6 de Noviembre 2012
Santiago

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