LA INJUSTA
JUSTICIA CHILENA
Los que horrorizados, con el
desgarro casi patentado en nuestra propia piel, los que sufrimos el dolor
inconmensurable de Rodrigo Rojas De Negri y
de Carmen Gloria Quintana, quemados vivos por agentes del Estado Chileno.
El primero muerto de la manera más espantosa. La segunda sobreviviente
milagrosa, como muestra viviente de uno de los métodos de amedrentamiento más
ignominiosos, usados por los agentes de la dictadura de Pinochet. Nosotros,
horrorizados nuevamente condenamos inapelablemente el atentado incendiario con
resultado de muerte contra los esposos Luchsinger-Mckay,
ocurrido en Vilcún, zona de la Araucanía. Distinto ha sido el proceder de los
que ayer justificaron el atroz crimen contra los dos jóvenes inmolados, incluso
sus autores materiales fueron ascendidos de rango. Son los mismos que ahora
arteramente exigen una cacería de brujas contra el pueblo mapuche.
Nada ni nadie podría justificar este
alevoso crimen. Pero, la lonko mapuche Juana Calfunao, después de repudiar
firmemente este asesinato, se encarga de recordarnos:
-Su casa tres veces incendiada. En
uno de estos atentados, su tío Basilio Coñonao, muere preso de las llamas.
-Embarazada, es detenida por carabineros. La tortura
aplicada por éstos, permite que su hijo sea abortado de una manera infamante.
-Ella, su familia, sus compañeros
mapuches, sufren del despojo de sus tierras, dinero, elementos de trabajo.
-Protesta por la no cancelación de
un trazado de tierras, arrebatado por el Ministerio de Obras Públicas. Es
detenida, acusada de alterar el orden público y, encarcelada junto a su familia
durante cuatro años.
-Enumera con nombres las decenas de
sus hermanos asesinados, sin que jamás haya existido reparación procesando a
los culpables, o compensación para tales crímenes, de parte de la justicia
chilena. Nunca un presidente se apersonó a su territorio, asolado por la muerte
y la destrucción.
Matías Catrileo fue asesinado por la
espalda. Después de desbaratarse un
vergonzoso montaje donde se prestaron para el ardid todos sus colegas
uniformados. El culpable confeso resultó ser un carabinero en servicio activo.
Y hoy vuelve a ser reincorporado por la Institución.
En el caso del entrenador de Colo Colo,
Lambruna, quien miente ante todo Chile, negando su directa participación en el
accidente automovilístico que protagonizara contra un taxista. Carabineros
expulsa de sus filas a los uniformados acusados de falsear el procedimiento
realizado en aquella ocasión. Para Carabineros de Chile tiene más merecimiento
de pena un procedimiento mal ejecutoriado, que la vida del mapuche Matías
Catrileo.
El presidente Piñera viaja con su
comparsa de hipócritas hasta el mismo Vilcún. Allí promete las penas del
infierno a los terroristas. Los “rubios” de Arauco, usurpadores del territorio
mapuche, se toman los caminos. Interrumpen el libre tránsito, las faenas. Los
carabineros desde muy cerca los protegen, asegurando la integridad física de
los amotinados que desde sus camionetas
4 x 4, exigen justicia. Ahí no surgieron encapuchados que desvirtuaran sus
demandas.
¡Cómo nos duele comparar el accionar
de las fuerzas represivas del orden, cuando actúan contra los estudiantes, o
contra la civilidad organizada que reclama por sus justos derechos!
Por mucho que militaricen la
Araucanía, que promulguen la Ley Antiterrorista. Que declaren en la zona Estado
de Sitio. No habrá paz con nuestros hermanos mapuches, hasta que el Estado
chileno no reconozca la deuda de usurpación de territorios, de expoliación de
su cultura, del magnicidio recurrente de cada gobierno de turno contra nuestra
raza originaria. Cuando la injusta justicia chilena trate a nuestros hermanos
mapuches como verdaderos chilenos, recién se podrá empezar a hablar de paz en
la Araucanía. Al fin y al cabo, como dice Quelentaro: ¡Somos todos Lonconao,
mierda!
IRIS ACEITON VENEGAS
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