viernes, 4 de enero de 2013



JUSTICIA  PARA  VÍCTOR

No fue una broma macabra en el Día de los Inocentes.  Su asesinato no quedará en la impunidad ante el repudio del mundo entero. No correrá la misma suerte del poeta Federico García Lorca, inmolado por los esbirros franquistas, crimen jamás aclarado y que todavía lloran los españoles.
Desde el viernes 28 de diciembre del 2012, los asesinos de Víctor Jara tienen  nombres y rostros. De nada ha servido el silencio protector y cómplice del Ejército de Chile que se ha mantenido imperturbable, ante los pedidos de informaciones de los jueces que han llevado la causa de su crimen; ante los ruegos y súplicas de Joan, su eterna compañera; de sus hijas, de los chilenos, del mundo que atesora su legado imperecedero.
El magistrado Miguel Vásquez, en un acto de consecuencia y arrojo, limpia de alguna manera el  pasado oscuro y cobarde  de la justicia chilena en el período de la dictadura de Pinochet, actitud que significó para nuestro país, tantas muertes inocentes e inútiles…
El mundo entero, sediento de equidad, verdad y justicia, celebra la valentía y  consecuencia del ministro en visita Miguel Vásquez, quien procesó a ocho ex  militares, acusados de participar en tal alevoso crimen:
-  Raúl Jofré González – Edwin Dimter Bianchi – Nelson Hasse Mazzei -  Luis Bethke Wulf – Jorge Smith Gumucio – Roberto Souper Onfray –
(Cómplices de homicidio calificado).
- Teniente (r)  Pedro Barrientos Núñez. Con orden de  captura  internacional.
- Coronel  (r)  Hugo Sánchez Marmonti
(Autores de homicidio calificado).
Conmovidos y emocionados congratulamos  al magistrado Vásquez, al abogado querellante Nelson Caucoto, al abogado Hernán Montealegre que defendiendo al conscripto José Paredes  autoinculpado forzosamente, permitió que las investigaciones pudieran llegar hasta  la identidad de los verdaderos  autores del alevoso crimen.
A ti Joan, pequeña gigante,  incansable rastreadora de los asesinos de tu compañero.  A  Manuela y Amanda, sus hijas. A ustedes las mujeres que más amó Víctor, que nunca han dejado de creer en la esquiva justicia, y que han corrido infaliblemente detrás de ella. Después de 39 años. En la soledad del recogimiento íntimo, en aquel  abrazo de término de año, del inicio del  2013, éste será más prolongado, sereno y esperanzador, con la sana convicción de que es  posible todavía lograr la justicia para las miles de víctimas de la dictadura chilena, aún sin culpables. Para nosotros tus compañeros de la UTE que compartimos la prisión, la tortura y tu muerte, junto a tantos de los nuestros. Este final de año tendrá un sabor distinto, abrigando en nuestros corazones, la secreta esperanza  de que es posible alcanzar  la tan anhelada “Justicia para Víctor”.

IRIS ACEITON

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