JUSTICIA PARA VÍCTOR
No fue una broma macabra en el Día
de los Inocentes. Su asesinato no
quedará en la impunidad ante el repudio del mundo entero. No correrá la misma
suerte del poeta Federico García Lorca, inmolado por los esbirros franquistas,
crimen jamás aclarado y que todavía lloran los españoles.
Desde el viernes 28 de diciembre del
2012, los asesinos de Víctor Jara tienen
nombres y rostros. De nada ha servido el silencio protector y cómplice
del Ejército de Chile que se ha mantenido imperturbable, ante los pedidos de
informaciones de los jueces que han llevado la causa de su crimen; ante los
ruegos y súplicas de Joan, su eterna compañera; de sus hijas, de los chilenos,
del mundo que atesora su legado imperecedero.
El magistrado Miguel Vásquez, en un
acto de consecuencia y arrojo, limpia de alguna manera el pasado oscuro y cobarde de la justicia chilena en el período de la
dictadura de Pinochet, actitud que significó para nuestro país, tantas muertes
inocentes e inútiles…
El mundo entero, sediento de
equidad, verdad y justicia, celebra la valentía y consecuencia del ministro en visita Miguel
Vásquez, quien procesó a ocho ex militares, acusados de participar en tal
alevoso crimen:
-
Raúl Jofré González – Edwin Dimter Bianchi – Nelson Hasse Mazzei - Luis Bethke Wulf – Jorge Smith Gumucio –
Roberto Souper Onfray –
(Cómplices de homicidio calificado).
- Teniente (r) Pedro Barrientos Núñez. Con orden de captura internacional.
- Coronel (r)
Hugo Sánchez Marmonti
(Autores de homicidio calificado).
Conmovidos y emocionados congratulamos
al magistrado Vásquez, al abogado
querellante Nelson Caucoto, al abogado Hernán Montealegre que defendiendo al
conscripto José Paredes autoinculpado
forzosamente, permitió que las investigaciones pudieran llegar hasta la identidad de los verdaderos autores del alevoso crimen.
A ti Joan, pequeña gigante, incansable rastreadora de los asesinos de tu
compañero. A Manuela y Amanda, sus hijas. A ustedes las
mujeres que más amó Víctor, que nunca han dejado de creer en la esquiva
justicia, y que han corrido infaliblemente detrás de ella. Después de 39 años.
En la soledad del recogimiento íntimo, en aquel
abrazo de término de año, del inicio del 2013, éste será más prolongado, sereno y esperanzador,
con la sana convicción de que es posible
todavía lograr la justicia para las miles de víctimas de la dictadura chilena,
aún sin culpables. Para nosotros tus compañeros de la UTE que compartimos la
prisión, la tortura y tu muerte, junto a tantos de los nuestros. Este final de
año tendrá un sabor distinto, abrigando en nuestros corazones, la secreta
esperanza de que es posible
alcanzar la tan anhelada “Justicia para
Víctor”.
IRIS ACEITON
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