DESPUÉS DE CUARENTA
AÑOS, NUESTROS MUERTOS SE TITULAN
El encuentro es en teatro de la Escuela de Artes y Oficios. La espera la hacemos
en uno de sus patios, están los mismos longevos árboles que un día nos
dieran sombra, que contuvieran nuestros corazones pletóricos de ideales, truncados arteramente por la demencia asesina.
El mismo frío suelo que ese martes 11
fuera tapizado por nuestros
cuerpos como una alfombra humana bajo la bota fascista y con el baile infernal
de las balas de los esbirros golpistas como telón de fondo.
Ingresamos al anfiteatro,
el mismo de antaño, con sus columnas imponentes, sus butacas, delicadamente restaurado, conservando la magia
del tiempo. Nos instalamos en el tercer piso, desde allí dominamos todo el
panorama. Rápidamente el enorme recinto se desborda; la platea, los palcos, la
galería. En la puerta principal se aglomeran decenas de invitados.
Y, la ceremonia de titulación de nuestros caídos
se inicia. Esta simbólica y sublime titulación de nuestros mártires. El más respetuoso recogimiento se respira en
la gran sala.
La voz de la representante
de los jóvenes de la FEUSACH, Camila Carrasco , nos inunda los corazones con sus palabras llenas de admiraciónpara nuestra generación,
de homenaje a nuestras víctimas de la dictadura militar, de compromiso para
retomar la tarea inconclusa dejadas por sus antecesores.
CUANDO CANTAS YO CANTO CON TU LIBERTAD
CUANDO LLORAS TAMBIÉN LLORO TU PENA.
CUANDO TIEMBLAS YO REZO POR TU LIBERTAD,
EN LA DICHA O EN EL LLANTO YO TE AMO.
Uno por uno, lentamente
se van enunciando los nombres de cada uno de nuestros compañeros. El dificultoso
caminar de ancianos, ayudados por
bastones y por otras personas, son seguidos por el más estruendoso y emocionado
de los aplausos. Son madres y padres que sobreviven a sus hijos asesinados y desaparecidos.
Sobrevivientes del dolor que significa la más grande de las pérdidas y aquí
están presentes, haciendo realidad el sueño de ver profesionales a sus hijos inmolados. Se nos recoge el alma ver a la madre de
nuestra Michel Peña, su única hija preñada de ocho meses, también le
arrebataron su nieto. Allí los recibe el rector Zolezzi, quien les hace entrega del
diploma póstumo. A un costado del gran
teatro una pantalla gigante proyecta las imágenes de cada uno de nuestros
caídos. Aparecen cuando niños, gozando del amor de sus padres, jóvenes y sonrientes en la plenitud de sus vidas,
enamorados, algunos con sus propios
hijos que nunca vieron crecer.
Están también presentes y recibiendo la
titulación de sus seres queridos, los
hijos que no conocieron a sus padres y, los hijos de éstos que no conocieron a
sus abuelos. El clima es sobrecogedor, nadie escapa a la emoción y la pena es revivida y compartida transversalmente.
La titulación llega a
su fin, sin prisa abandonamos nuestros asientos, la mayoría, hombres y mujeres
por igual enjugándonos las lágrimas.
Tengo la certeza que este momento quedará para siempre grabado en nuestras
memorias, como uno de los más sublimes actos de amor y dolor.
Despidamos a nuestros
héroes con los bellos versos de la canción “La libertad”, entonada por el coro de la USACH:
LA CANCIÓN DA ESPERANZA
ES TU NOMBRE Y TU VOZ.
Y LA HISTORIA NOS LLEVA
HACIA TU ETERNIDAD.
¡LIBERTAD, LIBERTAD!
UTE, viernes 6 septiembre 2013
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