domingo, 8 de septiembre de 2013

PALABRAS DE RUBEN ASCENCIO, MIEMBRO DE LA CORPORACION SOLIDARIA UTE-USACH , SOBRE EL ACTO DE TITULACION DE COMPAÑEROS ASESINADOS , Y DESAPARECIDOS POR LA DICTADURA MILITAR


Y VOLVIERON A LA UNIVERSIDAD



A recibir los Títulos que les hubiera correspondido si hace 40 años no hubiera habido golpe de Estado en Chile.


En una emotiva ceremonia en el viejo Teatro de la Escuela de Artes y Oficios, hoy Aula Magna de la Universidad de Santiago de Chile, 39 estudiantes de la entonces Universidad Técnica del Estado (UTE), y de la actual Universidad de Santiago de Chile (USACH) fueron no solamente reconocidos en su calidad de estudiantes de la Universidad, sino, fueron titulados por gracia y en forma póstuma, con un título oficial de la universidad, entregado personalmente por su Rector. La ceremonia se realizó el 6 de septiembre de 2013, y fue convocada a las 11:30 por la Universidad y los autores intelectuales de la titulación, la Corporación Solidaria UTE-USACH.


A las 11 de la mañana, en el Teatro de la EAO -como aún le decimos los viejos estudiantes-, que tiene una capacidad para unas 600 personas, faltaban menos de 100 asientos por ocuparse, a la hora del inicio la gente estaba de pie por los pasillos y respetuosamente buscaba ubicarse; más de un centenar de  personas paradas, entre familiares, estudiantes, funcionarios, académicos e invitados.


Entre los invitados junto a las autoridades de la Universidad se veía a la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Ex Presos Políticos, el Colegio de Profesores, representantes de la Iglesia, autoridades comunales, la alcaldesa de Providencia, Concejales de Estación Central, representantes e integrantes de distintos partidos políticos, y muchos otros que sería largo enumerar; si, hay que nombrar que en primera fila, junto al actual Rector, se encontraba doña Inés Erazo, viuda del Rector de la reforma y de los estudiantes, Enrique Kirberg, único Rector en Chile democráticamente elegido por la comunidad universitaria en elecciones directas, y Rector de la UTE al 11 de septiembre de 1973, quien, además, compartiera la prisión junto a sus estudiantes, profesores y funcionarios.


Se inicia la ceremonia con el Coro de la Universidad interpretando el Himno de la USACH, discursos de saludo a la actividad, la Vice Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad; Emilio Daroch, Presidente de la Corporación Solidaria UTE-USACH; del Rector, Doctor Juan Manuel Zolezzi; aplausos mediante, se da lectura al Decreto Universitario que otorga los Títulos a los 39 estudiantes ejecutados o desaparecidos por la dictadura, el documento consigna el nombre y el Título de la carrera que corresponde, al dar inicio al primer nombre de la lista, comienza a escucharse desde los asistentes “PRESENTE”, se dice el Título, segundo nombre, “PRESENTE”, generando un ambiente de profundo recogimiento y respeto por los estudiantes homenajeados, 39 veces se dijo “PRESENTE”, uno por cada titulado, uno por cada familia, uno para cada estudiante, hijo, padre, abuelo, lo que hubieran sido hoy, si en Chile no se hubiese traicionado a la democracia hace 40 años.


Después del “Gracias a la Vida”, de la entrañable Violeta, interpretado por el Coro, ingresan en silencio 39 jóvenes con las camisetas color naranja con su inscripción en negro “La UTE Vive”, de la Corporación UTE-USACH, quienes representaban a cada uno de los estudiantes que se titulaban en ese acto, lo hacían portando una tea electrónica, en una de sus manos.


Así, en este ambiente, comenzaron a subir los familiares a recibir los Títulos profesionales de sus hijos, hermanos, padres, abuelos, primos, etc., una por una las familias, con la emoción precediendo sus pasos, de saber que su estudiante, cerraba su ciclo académico, que se cumplía uno de sus grandes sueños de juventud, ser un profesional. Sueño de todo joven que ingresa a la universidad posee, y que en estos 39 casos de estudiantes de la ex Sede de Santiago de la UTE y la USACH no pudieron cumplir en su momento, porque voces oscuras y ocultas así lo determinaron.


Los familiares debían subir al escenario y llegar al centro de este, donde el Rector personalmente les hacía entrega del Título, razones de edad y emotividad marcaban el paso de los familiares, quienes en grupo o en forma unipersonal hacían esta marcha, cada paso que daban lo hacían con la frente en alto, indicando emoción, dignidad, prestancia, presencia, amor, triunfo sobre la adversidad, el triunfo sobre la maldad, el triunfo de la vida y los sueños sobre la muerte.


Hubo familias que pudieron venir de muy lejos, una vino de Alemania, otras de lugares apartados de nuestro país, otras no llegaron porque no pudieron ser ubicadas y otras porque las barreras ideológicas se lo impidieron. En ambos casos, sus compañeros de lucha recibimos los títulos, con lo que nos quedamos con la tarea de guardar ya no sólo su memoria, sino el fin concreto de uno de sus sueños más anhelados.


La ceremonia levantó el recuerdo de los caídos, los hizo presentes, los trajo de vuelta a la Universidad, la UTE y la USACH les abrieron sus puertas nuevamente y dejó grabados sus nombres y sus historias en el ideario de la institución, de sus actuales y antiguos integrantes. Y volvieron a la Universidad, y al tirano, nadie lo nombró.


Con el Himno de la Universidad Técnica del Estado, el Coro de la USACH cerró la ceremonia en el Teatro. De ahí se pasó al entre patio de la Escuela de Artes y oficios donde la Corporación UTE-USACH, de la mano de su Presidente y en conjunto con el Rector, descubrieron una placa recordatoria del evento, que consigna el hecho y el listado de compañeros titulados en la fecha.


¿Qué sigue ahora, después de haber logrado realizar uno de los sueños de nuestros compañeros?, hay quienes dicen que lo realizado es maravilloso, porque se cierra un ciclo de una parte de la vida, el ser profesional. Pero, eso es común a todos los estudiantes universitarios y más allá; esto no es lo que aunaba a estos 39, el hilo conductor de este grupo era otro, aunque algunos de ellos nunca se conocieron, era que veían la necesidad imperiosa de construir en Chile una sociedad más justa, donde sus derechos no se convirtieran en mercancía, donde las oportunidades dependieran sólo de las capacidades y no de los niveles de ingreso o de los apellidos; en donde el nivel de vida fuera digno, donde la solidaridad entre los seres humanos estuviese siempre presente, es decir, una sociedad distinta, más justa, más equitativa. Entonces, al final de la jornada, sólo nos queda una pregunta, ¿Cuál es la mejor forma de homenajear a nuestros compañeros, post título? La única respuesta que hasta acá surge, es continuar luchando por los ideales que nos unían con ellos, buscando que más y más se sumen a esta gran tarea, entre otras cosas para que las nuevas generaciones no tropiecen con las mismas piedras, y para que nunca más en Chile el odio y la muerte se abran paso y se instalen en el poder.


Nuestro mayor y mejor homenaje debe ser el construir esa sociedad con la que soñábamos, junto a los 39, cuando caminábamos, con nuestros cuadernos, juntos por el Chile que nos arrebataron.



Septiembre de 2013


CORPORACIÓN SOLIDARIA UTE-USACH

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