ESCRIBE IRIS ACEITON VENEGAS
(Articulo publicado en The Clinic ) )
LOS
CUARENTA Y TRES DE IGUALA
Siento asco, mucho asco. A medida que pasan los días esta
repugnancia se me va convirtiendo en estertores con náuseas…
No consigo vomitar la pudrición que me atora y que se va apoderando de
todo lo que me rodea…
Quisiera
tener en todas las terrazas de mi departamento, maceteros con la cannabis
floreciendo a pleno sol. Confeccionar mis propios porros para fumarla,
atenuar la fibromialgia que me agobia y que atrofia mis gastados huesos
y, así nunca más regalarles un puto peso a los nefastos traficantes.
No
es depresión la que sufro. Esto de no creer en nada ni en nadie… Es muy potente
sentir que los sueños se disipan… Cuando
se han atesorado tantos y se ha luchado
tanto por ellos…
¿DÓNDE
ESTÁN? ¿DÓNDE ESTÁN? Observo los rostros morenos, tatuados de
surcos, con la huella de los años, del sol incaico, inundados de lágrimas y
desesperanzas. Son mujeres y hombres que buscan a sus hijos allá en el “México
lindo y querido”. En ese México de
Octavio Paz: “Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.
Fueron
secuestrados por la autoridad. Quemados, algunos vivos… Enterrados, algunos vivos…Ese infalible método de
exterminio lo conocemos de tan cerca… ¿Será por eso que nuestra capacidad de
asombro se desvanece cada día?
¿Dónde
están las doscientas niñas secuestradas por el grupo terrorista islámico Boko
Haram, en Nigeria, hacen ya varios meses?
Ya nadie se acuerda de ellas. Ya no son noticia, los medios las han
olvidados… Por lo tanto el mundo entero
también…
Quisiera
oír a la Presidenta, a las iglesias chilenas, a la Camila, al Giorgio, al
Boris, a la Carol, A todos los actuales
dirigentes de las organizaciones estudiantiles de Chile; llamar a una multitudinaria concentración:
Que se sumen los trabajadores, con sus gremios
y sindicatos. La CUT. Los Colegios
Profesionales. Los cesantes.
Que
los homosexuales que tanto luchan por sus justos derechos, dejen de mirarse el
ombligo. Los travestis, las prostitutas.
Los discapacitados que no tienen cabida en la mediática Teleton y, también los que
tienen el privilegio de pertenecer a ella. Se unan para clamar por el paradero
de los muchachos desaparecidos de Iguala.
Que
los políticos y politólogos chilenos detengan sólo por unas horas sus
verborreas trasnochadas que ya casi nadie les cree… Que dejen de escucharse y,
alguna vez escuchen… Y exijan desde su madriguera de mármol, justicia verdadera al gobierno títere
mexicano.
Que
las mujeres que somos las que parimos y
que sólo nosotras sabemos lo que es amar a los hijos… Estemos a pesar de la
distancia física junto a esas madres que los buscan y los buscarán eternamente…
Que
este clamor pacífico y universal, a
rostro descubierto. Sin cabida para los
encapuchados, crezca como un reguero de pólvora y se extienda por todo el país, el continente, por todo el
planeta… Al llamado acudiríamos todos
los padres, hijos, hermanos, tíos, abuelos, todos los seres humanos que
verdaderamente defendemos la vida.
Los 43 de Iguala, no pueden ni deben ser olvidados. Sólo así vamos a terminar con
esta costumbre de torturar, desaparecer,
de matar… Sólo así, en este mundo va a valer la pena vivir…
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