El homenaje popular a Víctor Jara, que se realiza en la plaza Brasil de Santiago de Chile por segundo día consecutivo, ya es un hecho noticioso nacional y mundial inolvidable, que más allá de la presencia de autoridades, de que la presidenta Michelle Bachelet declare o no duelo por el artista asesinado por la dictadura el 15 de septiembre de 1973, deja en claro que hay otro Chile, que lucha, ríe, canta, baila y solidariza con su familia y toca emocionadamente el féretro y el poncho del actor, cantautor y director de teatro, con una veneración solo comparable a Violeta Parra, Salvador Allende o Pablo Neruda.
Jamás podremos olvidar la alegría con que su esposa Joan Jara y sus hijas Manuela y Amanda, se pusieron la camiseta de la Universidad Técnica del Estado, UTE, cañoneada el 12 de septiembre de 1973, por resistirse a la dictadura y así su rector, profesores, alumnos y funcionarios fueron declarados prisioneros de guerra y llevados al Estadio Chile, hoy Estadio Chile, donde presenciaron torturas brutales a Víctor Jara y su muerte, pero 36 años después Víctor se levanta de entre los muertos para exigir justicia, para todos los ejecutados de la tiranía pinochetista.
La Ministra de Cultura, Paulina Urrutia dijo que Víctor Jara fue mentor de una cultura popular que debe llegar a todos los sectores sociales, con una universalidad innegable, que reaparece en las nuevas generaciones de músicos que con mucho esfuerzo, luchan porque su legado, su compromiso social y político, siga vigente en Chile.
El rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, llegó al velorio acompañado de altas autoridades, funcionarios y estudiantes de USACH y en un discurso destacó el aporte de Víctor Jara en la UTE y al ser consultado por nuestra corporación dijo que se estudia una fórmula para declararlo doctor Honoris causa aunque ese no era tema del día
Otro de los que estuvo presente fue el Presidente del Partido Comunista, Guillermo Tellier, quien dijo que Víctor es signo de esperanza para conocer la verdad de la violación de los derechos humanos, porque le cantó al pueblo, a sus sueños, a esperanzas y a su lucha, y ahora es el tiempo de que el pueblo le cante a Víctor Jara, símbolo, signo de esperanza para que se conozca la verdad porque no sabemos toda la verdad en torno a él, sólo que fue asesinado, pero como él hay miles de otros casos en Chile.
Al evento llegó Luis Corvalán, acompañado de su hija María Victoria y del arquitecto Miguel Lawner, para expresar su afecto a Joan, Manuela y Amanda, y que hizo una guardia de honor.
En el escenario de la Plaza Brasil, ininterrumpidamente los cantores interpretaron las numerosa obra de Víctor Jara, mientras el grupo El Espiral o los niños de la escuela Japón, de la comuna donde vivió el artista.
El soviético Oleg Yasinsky saludó a Joan Jara y le regaló la traducción en ruso de su libro, VICTOR JARA UN CANTO TRUNCADO, mientras Luis Felipe Figueroa de Editorial USACH le regaló el libro VICTOR JARA, recién escrito por Jorge Coulón de Inti Illimani. Otros de los que llegó a testimoniar su respeto a Joan fue el candidato presidencial de la izquierda, Jorge Arrate.
Medios de comunicación de todo el mundo están cubriendo esta noche a los cantores populares, interpretando el canto a lo divino y humano, en este evento que concluye mañana sábado, cuando a las 10 horas se inicie una larga caminata de 4 horas bajo el ardiente sol de diciembre, hasta el cementerio general de Santiago de Chile, donde será sepultado Víctor Jara, por quien su familia sigue exigiendo que la justicia castiguen a los oficiales autores materiales e intelectuales de su asesinato, porque este crimen no puede permanecer impune.
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