PRESOS POLITICOS DE LA UTE
El día 11 de septiembre de 1973, junto con el objetivo mayor inmediato que era derrocar el gobierno de la Unidad Popular, había otros objetivos de gran envergadura, como era el aplastar cualquier asomo de herencia política, histórica o cultural que pudiera dejar el gobierno de Salvador Allende, y dentro de esa lógica tenía vital importancia el sojuzgamiento de la Universidad Técnica del Estado, como institución, por su compromiso con el proceso histórico que se vivía en el país, así es que, de la Universidad primero fue acallada su radio, después rodeada y cercada militarmente y finalmente asaltada, deteniéndose en este hecho a la totalidad de la comunidad universitaria presente, desde el Rector, don Enrique Kirberg, hasta el alumno más nuevo, pasando por académicos y funcionarios, todos trasladados al entonces Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara, desde donde muchos fueron trasladados al Estadio Nacional y algunos posteriormente a distintos campos de concentración en el país.
La apertura de la Comisión Valech, creada por la Ley 19.992 sobre Prisión Política y Tortura concitó la atención de algunos de los detenidos en aquella oportunidad, a pesar de haber sido objeto de lucha de las distintas agrupaciones de ex presos políticos, y del mundo de los afectados por las violaciones a los derechos humanos, quizás la falta de difusión, el miedo o quizás qué factor hizo que los que se presentaran no fuera la gran mayoría.
La apertura de la segunda ley sobre Prisión Política y Tortura y la reapertura de la Comisión Valech alertó a la Corporación Solidaria UTE-USACH y se tomó la decisión de buscar de alguna manera a los detenidos en aquella oportunidad que no se hubieran presentado en la primera ley. Se determinaron los pasos a seguir y se inició la búsqueda.
Los primeros indicios se consiguieron vía varios compañeros, que conversando el tema con una secretaria del Programa de Exonerados Políticos del Ministerio del Interior se enteró de la existencia de una lista del Ejército de detenidos publicada por Manuel Contreras, el ex jefe de la DINA, en un libro de su autoría, y que, una fotocopia estaba en poder de la gente del referido Programa de Exonerados, quien no tendría problema en compartirla con esta Corporación.
La primera visita aportó el conocimiento de la lista y la constatación de que está referida sólo al Estadio Nacional y no al Chile, que estaba ordenada alfabéticamente por apellido paterno y se constaba la condición u origen de la detención y el destino posterior del detenido, que en nuestro caso se encontraban mayoritariamente con el rótulo de “allanamiento UTE”.
Además de la búsqueda se logró paralelamente cotejar con el listado de beneficiarios de la primera ley (la 19.992) y se obtuvo en un par de horas un primer listado de 79 nombres, cubriendo de la A hasta la M, el resto no se pudo conseguir sólo por razones de horario, quedando en compromiso de volver a buscar el resto de la información en los días siguientes.
Tres días después, al volver a Torres Boonen, existía la novedad de que producto del cierre del Programa de Exonerados y del cambio de gobierno, la gente de Hinzpeter había retirado la información y los materiales, y el personal sólo estaba esperando les llegara la orden de abandonar el recinto, por el momento estaban cumpliendo horario. En todo caso se nos refirió que una copia de dicha lista se encontraba en manos de la Comisión Valech, en donde además se estaría digitalizando. Agradeciendo los esfuerzos se les deseó suerte en su nueva vida de cesantes a los funcionarios.
Visitas a la Comisión Valech, conversaciones telefónicas con el encargado y compromiso de estudio de nuestra solicitud, semanas de insistencia y respuesta negativa, según los abogados que asesoran al encargado: los materiales de la Comisión son secretos por 50 años, eso incluye los materiales que son de dominio público…, sin embargo se nos refirió que el libro del “Mamo” se encontraba en la Biblioteca Nacional y por lo tanto, era de consulta pública.
Al fin, en la Biblioteca se pudo acceder a la famosa lista, se completó una nómina de 216 nombres, sin contar los que se conocía su situación de haber sido reconocidos en la primera ley. De la confrontación de estos 216 con el listado de la 19.992, se redujo a 151, los cuales fueron buscados en distintas bases de datos, como la guía telefónica, facebook, etc. en los que se lograron ubicar 90 contactos incluyendo los alcances de nombre.
Más de 100 llamadas telefónicas, a algunos hubo que llamarlos más de una vez, a otros hubo que seguirlos por varios teléfonos: casa, oficina, celular, etc., correos electrónicos varios y como resultado final 25 contactos efectivos y positivos de ex estudiantes y profesores detenidos en aquel momento de la historia.
Reacciones ante el contacto y el cometido hubo de distintos tipos, pero todas buenas, hubo alegría, sorpresa, se despertaron recuerdos que se habían dejado en el olvido, etc., de lo “negativo” uno de los contactados manifestó que si bien entendía y estaba de acuerdo con nuestra propuesta, no iría a dar testimonio por tener visa de trabajo en EE.UU. y podría serle contraproducente laboralmente, fue el único, pero no tiene drama en mantener vínculo con nuestra orgánica.
Otro en su ignorancia se refirió no muy bien a la Corporación, pero él es así. En otro caso, el contacto destapó en una familia la detención del padre, hecho no había sido divulgado a la familia, sin embargo después de la conversación el hecho fue aceptado. Reencontramos a varios, como nuestro querido “Cocoliso”, de la EAO, héroe de la jornada del viejo Jarpa en la UTE.
Todos manifestaron su conformidad por el cometido de esta Corporación y entendieron la necesidad de registrar la memoria histórica como tarea prioritaria, para tener un Chile con Verdad, Memoria, Justicia y Reparación.
Rubén Ascencio
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