lunes, 1 de agosto de 2011

GRAN ROMERIA DESPIDIÓ A GREGORIO MIMICA EN EL CEMENTERIO GENERAL, TESTIMONIANDO NUESTRO AFECTO AL NUESTRO INOLVIDABLE GOYO



LA ROMERÍA DE GOYO

Habíamos perdido las esperanzas de encontrarlo. Fueron 38 los años que pasaron. Cuando el látigo de la dictadura arreciaba, junto a Juan Manuel Rivera y otros que no recuerdo sus nombres, presentamos un recurso de amparo a su favor, sin obtener ni la más mínima respuesta. En ese entonces visitamos su hogar, aquí en San Miguel, tan cerca de donde todavía yo vivo. Abracé a su madre, doña Dina. Era una mujer dulce y pequeña, con ojos tristes y oscuros como los de su hijo. Sus ojos arrugados y secos de tanto llorar, de tanto hurgar hasta en los lugares más recónditos. Doña Dina tenía una voz suave como un balbuceo. Nos mostró la mesa donde quedó por mucho tiempo el último vaso de leche que le sirviera a Goyo. “Apenas alcanzó a tomarse un sorbo, cuando llegaron los militares y me lo llevaron de nuevo, para nunca más volver a verlo”; nos dijo como en un susurro doña Dina, secando sus manos imaginariamente mojadas en su gastado delantal de cintura.

Habíamos perdido las esperanzas de encontrarlo. Lo supimos por casualidad. En el Puente Bulnes, en el río Mapocho allí fue arrojado su cuerpo, de ahí al Instituto Médico Legal, para terminar en el Patio 29. Periciado erróneamente en el año 1991, fueron entregados sus restos a los familiares del docente de la U. de Chile, Enrique Paris. Inhumado con los más granes honores, pero con el nombre equivocado.

Habíamos perdido las esperanzas de encontrarlo, ahora en el 2011, con el 99,999 % de probalidades de identificación, de acuerdo a la evidencia genética, estas son las osamentas de Gregorio Mimiça Argote.

La cita fue en el Cementerio General, por la puerta de la Avenida La Paz, el 30 de Julio. Habían presagiado lluvia. El frío calaba hondo esa mañana de sábado. Ya pasado las 11, empezaron a llegar los primeros compañeros de Mimiça. Una ofrenda floral con la leyenda UTE 73, adornaba los adoquines grises y casi escarchados del camposanto. Los abrazos se repetían entre ese puñado de hombres y mujeres que haciendo caso omiso al paso implacable del tiempo, nos reuníamos con el mismo fervor que ayer. Esta vez para acompañar por fin, los restos de nuestro héroe inmolado, hace ya casi cuatro décadas.

Casi un centenar de sus compañeros marchamos hacia su tumba. Los discursos sencillos y llenos de gratitud, de emoción hacia el compañero mártir, fueron pronunciados a los pies de su lecho final. El cielo gris, tapizado de oscuros nubarrones, el frío penetrante como cuchillos afilados envolvía el silencio, sólo interrumpido por el trinar de los pájaros que revoloteaban por los aires.

En una mesa interminable, en el “Quita Penas”, con un vaso de vino tinto en la mano, ¡Brindamos por nuestro amado Goyo, por su recuerdo que no nos abandonará jamás! ¡Brindamos por los innumerables hombres y mujeres que aún permanecen desaparecidos!
¡Brindamos por estar vivos, por estar todavía juntos, brindamos por querernos tanto!

Iris Aceitón



La romería a la tumba de Goyo Mimica Argote cerró un proceso de 38 años.
En septiembre del 73 Goyo fue sacado de su casa por una patrulla militar y desapareció.
Muchos años después, sus restos fueron atribuidos erróneamente a Enrique París y entregados a la familia de este último.
La familia París enterró el cadáver en un acto multitudinario y Goyo siguió en la lista de los desaparecidos.

Recién en 2011 los restos fueron reclasificados y atribuidos, finalmente, a Goyo.
La familia Mimica, que nunca compartió la opción política de Goyo ni nuestros actos en su memoria, realizó - como tenía pleno derecho a hacerlo - un funeral privado.
Recién ahora, el sábado 30 de julio de 2011, pudimos realizar nuestra propia romería hasta el patio 26 del Cementerio General, a la tumba de la familia López Argote, donde Goyo encontró su lugar final de descanso.
Más de 50 personas llegamos hasta su tumba a rendir este homenaje a nuestro viejo amigo y compañero de ideales.


Numerosas intervenciones – entre ellas, las de Alexis, Iris, Juan, Juan Manuel, Osiel, Érica, Cucho y otros compañeros a quienes pido disculpas por no haber registrado sus nombres, para concluir con la de Sergio, presidente de la Corporación UTE-USACh - destacaron nuestro afecto y admiración por Goyo y diversos aspectos de su atractiva y pujante personalidad. La emoción embargó tanto a oradores como participantes en un día gris, frío y amenazante. Finalmente, como respetando nuestro duelo, el anunciado aguacero no se manifestó.

Un grupo de jóvenes periodistas de CIPER Chile estuvieron presentes en la ceremonia y nuestro fotógrafo, Alvar Herrera, registró los aspectos esenciales del acto.
Al final del acto surgió la propuesta de almorzar juntos y un grupo superior a 40 uteínos llegamos hasta el tradicional ‘Quitapenas’ donde compartimos alegre, emotiva y fraternalmente durante un largo rato.



¿Qué me queda de este día de recuerdos y emociones? Que, entre nuestras gratitudes para con Goyo, tenemos el haber permanecido en contacto durante todos estos años, casi cuatro décadas, dado que él fue uno de nuestros íconos permanentes. Que la tribu UTE tiene aún, como delicado tesoro, el poder reunirnos, conversar, reírnos y llorar juntos. Hemos demostrado, además, que a pesar de los años transcurridos, aún somos capaces de seguir haciendo cosas por preservar la memoria de nuestra Alma Mater, de nuestros mártires, de nuestros esfuerzos y alegrías juveniles y de seguir valorando nuestros logros y nuestras esperanzas.

Durante el almuerzo en el Quitapenas, surgió la propuesta, de labios de Érica Martínez, hija de Juan y Érica, de juntarnos con hijos y nietos, para involucrar a las nuevas generaciones. Esta propuesta fue acogida con entusiasmo. Pareciera que la antorcha UTE comenzara a pasar, poco a poco, a manos de una nueva generación, que sin duda hará una revaloración de lo que vivimos en nuestra vibrante juventud, de lo que hemos hecho y de lo mucho que falta por hacer para cumplir con el objetivo último que nos anima desde hace décadas: contribuir a la realización de un mundo más justo, igualitario y solidario .

Ver el registro fotográfico de Álvar Herrera en:
https://picasaweb.google.com/alvarherreraz/GoyoMimicaEnLaMemoriaYElCompromiso?authkey=Gv1sRgCMT616KZsoGvIQ&feat=email#slideshow/5635271592280809730

Saludos
Lucho

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