lunes, 26 de septiembre de 2011

IRIS ACEITON RECUERDA LAS NOCHES CON ESCUCHA CHILE Y JOSÉ MIGUEL VARAS


A José Miguel Varas

Cómo olvidar el metal de su voz, potente, tranquilizadora, paternal y cercana. Cuando el miedo nos paralizaba, cuando la incertidumbre y la indefensión nos corroía el alma. Cuando estábamos cercados por el alambrado del horror y la impudicia, la muerte de nuestros hermanos, la prisión, la tortura, los desaparecimientos.

En una radio Telefunken, lográbamos agarrar la onda corta, aunque interceptada sus señales por los “técnicos del suplicio”; conseguíamos escucharte, José Miguel, muy bajito. A veces con la radio en el suelo, nosotros acostados con la oreja en el transmisor, mientras en el cielo, por sobre nuestras cabezas, nos sobrevolaban los “helicópteros del espanto”.

Vencíamos el pánico, gracias a tus palabras de aliento, nos relatabas de la solidaridad del mundo entero hacia nuestro amado, pequeño e infausto país. Y nunca nos dejaste solos, sentimos tu amor, tu dolor por los caídos, tu presencia, en cada hogar destrozado por la consternación y la pena.

Tu Chile, ese que tanto quisiste, alcanzó a brindarte el tributo con el Premio Nacional de Literatura. Escogiste para marcharte de este mundo, el mismo día que se fue tu amigo Pablo Neruda; en este mes de Septiembre, que tantas alegrías y tormentos representan para nosotros los chilenos.

No me cabe ni la menor duda que allá en el lugar donde se encuentren, José Miguel, junto a Pablo seguirán hablando de literatura y enviándoles todas las energías positivas que necesitan para lograr sus objetivos, los maravillosos JÓVENES DE HOY.

Iris Aceitón

No hay comentarios:

Publicar un comentario