domingo, 19 de febrero de 2012

BALTASAR GARZÓN: EL JUEZ ESPAÑOL QUE NOS REGALÓ 503 DÍAS DE ESPERANZAS Y CONSUELO.



Cómo no recordar ese memorable 6 de Octubre de 1998. Eran las seis de tarde, hora inglesa, cuando quince efectivos de la Scotland Yard, acudieron a la London Clinic de la capital británica a arrestar al dictador Augusto Pinochet, por los delitos de terrorismos y genocidios.

Los cables de las agencias de noticias internacionales se sucedían unos tras otros; las radios, la televisión lo informaban primero escuetamente debido a las precarias primeras informaciones. Mientras los chilenos incrédulos no nos atrevíamos a expresar de manera abierta el verdadero júbilo que nos despertaba aquella reparadora noticia.

Lo que el Poder Judicial chileno junto a la clase política gobernante: ciegos, sordos y mudos ante los clamores de justicia de los familiares de las miles y miles de víctimas de la dictadura chilena fueron incapaces de plasmar en los hechos, lo hizo el juez español Baltasar Garzón, reivindicando en alguna medida tanto dolor y desesperanza sembradas por los tentáculos de la dictadura.

Fueron hermosos 503 días de algarabía, de concentraciones masivas y espontáneas, de festejos y expectativas. Se atenuaba en parte tanto sufrimiento acumulado, tanta infamia repartida en todos los rincones de la patria, creímos por fin ver el término de la impunidad.

Contrastado con las patéticas reacciones de los políticos de la derecha: Moreira con su mediática huelga de hambre hasta que soltaran al verdugo, que en la realidad duró algunas horas. La Matthei, llamando a no comprar productos ingleses; el coronel Labbé ya alcalde de la comuna de Providencia jurando a los cuatro vientos no extraer la basura de las embajadas de España e Inglaterra. ¡Todavía se atrevían a defenderlo en público!



El Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, a través de su canciller Insulza, se la jugó por entero para traer de vuelta al genocida, sería juzgado en el Chile democrático, en el estado de derecho imperante, era el mentiroso discurso argumentado por el oficialismo. ¿Habría actuado del mismo modo si en ese entonces hubiera tenido la certeza que hoy maneja, que su propio padre, el ex presidente Eduardo Frei Montalva, también, como millares de chilenos fue asesinado por orden de Pinochet?

Baltasar Garzón nos regaló la ilusión que se podía juzgar al dictador. Durante 503 días, las viudas, los huérfanos, las madres, padres y amigos de los asesinados, desaparecidos, y torturados; vivimos un verdadero vergel de sueños de justicia y anhelos a punto de cristalizarse, después de tantos años de inútil espera, pensamos que para el cobarde golpista y sus secuaces se acababa la impunidad.

No fue así, y el sátrapa murió en una cama de su búnker de oropel, rodeado por su corte de sicarios armados, acompañado quizás por las almas en penas que en busca de redención, todavía le enrostraban sus crímenes.

El juez español, implacable contra los transgresores del derecho a la vida de todo el mundo, tenaz perseguidor del grupo terrorista ETA, autores de tantos asesinatos de inocentes españoles, rastreador de mafias del narcotráfico con sus redes globales, combatiente ejemplar contra grupos ilegales armados surgidos desde dentro del que era su propio partido el PSOE.

El juez español que quiso saber del destino de 114.000 de sus compatriotas desaparecidos durante el genocidio liderado por el dictador Francisco Franco.


El juez español Baltasar Garzón ha sido inhabilitado por el período de 11 años por el Tribunal Supremo de España. Los delitos por los cuales lo acusan son irrisorios y plasmados de venganzas políticas. Escuchas ilegales en la cárcel entre los clientes y abogados, integrantes de una red corrupta del partido que ahora gobierna su país. Haber vulnerado la Ley de Amnistía promulgada el año 1977, respaldado por Cortes Internacionales que no proceden a hacerlas efectivas en casos de lesa humanidad.

Baltasar Garzón, juez español al que tanto le debemos los chilenos, argentinos y ciudadanos de todo el mundo, ha sido despojado de su investidura de juez. España tendrá que rendir cuenta al mundo entero por semejante afrenta a la justicia, a la honra y a la dignidad de los más pobres del mundo entero.

Y nosotros los chilenos no escondamos nuestras cabezas como el avestruz, observando los desagravios organizados en su nombre por los hombres y mujeres que a pesar de la atrocidad cometida, aún creemos en la justicia terrenal. Salgamos a las calles junto a los indignados españoles, argentinos, del planeta entero para decirle a Baltasar Garzón, simplemente GRACIAS.

Iris Aceitón

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