Señor Burgos:
Por Iris Aceitón V.
Tengo entendido que la “divina providencia” -esa a
la cual usted seguramente se encomienda cada día al despertar, como el verdadero
cristiano que pregona ser- no le concedió la sublime facultad de
concebir hijas. Yo le hablo de hijas, hembras con útero y ovarios, con
órganos reproductores femeninos capaces de procrear vidas, así como
el 50,67% de mujeres que conformamos esta sociedad chilena nuestra.
No sé, señor Burgos, si usted tiene nietas –– Sólo
tengo la absoluta seguridad que a usted lo parió una mujer ¬–– Una mujer con
mis características biológicas –– Una mujer que como yo y que, como todas las
mujeres del mundo, arrastramos el ancestral e ignominioso
estigma de abuso, arbitrariedad y abandono.
Don Jorge, como fiel devoto de la “Santa Iglesia”
que -creo- usted es, le suplico: sitúese solo un minuto en los zapatos de
un padre, de un abuelo, cuya hija o nieta ha sido VIOLADA.
Su hija o nieta, después de vivir este acto
criminal, estaría sufriendo los siguientes síntomas post traumáticos:
Depresión
Aislamiento
Marginalidad
Insomnio
Pánico a salir a la calle.
Terror a los espacios abiertos, similares a los
experimentados por los ex combatientes de la guerra o, de las víctimas de catástrofes
naturales.
Abandono de los estudios, de los trabajos.
Dificultad para sentir afecto.
Incapacidad de sentir placer sexual.
Ansiedad.
Baja autoestima.
Rechazo a la maternidad.
Adicción a las drogas o al alcohol.
Intentos de suicidio (muchas de ellas lo logran).
Estos padecimientos se incrementan dramáticamente
cuando la víctima de violación resulta embarazada y es perniciosamente obligada
a continuar su embarazo.
Según los estudios realizados por expertos (Red de
Mujer), una mujer violada tarda entre cinco a ocho años en superar
medianamente este alevoso trauma. Estamos suponiendo que esta víctima ha
recibido toda la red de apoyo de profesionales especializados en la materia.
Red de apoyo que en el gobierno que usted conforma, simplemente no existe.
En el mundo, cada minuto, tres mujeres son
violadas (Mujeres en la red).
La Iglesia católica,con su diatriba impropia y
mentirosa, nos quiere mantener en la humillante resignación y la aceptación de
“esa maternidad”, como un “regalo de Dios”…
¿TE VIOLARON O DEJASTE QUE TE VIOLARAN? ¿Le haría
usted esta injuriosa pregunta a su hija o nieta, después de haber sido
martirizada con ese infame acto de degradación y abuso de poder?
Ministro Burgos: si usted tiene una nieta y ésta
sufriera la desgracia, viviera el calvario de una VIOLACIÓN y usted fuera
parlamentario: ¿Después de leer mis irrefutables palabras, todavía tendría
dudas en votar a favor de despenalizar el aborto en la causal de VIOLACIÓN?
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