Esta vieja actualidad
Las 4 universidades penquistas iniciaron una movilización, planteando una serie de reivindicaciones, entre ellas el arancel diferenciado y el pasaje escolar, el crédito del fondo solidario, mientras subyace en el fondo un sistema dominado por el libre mercado, que ya no da para más indican los jóvenes.
Sin embargo, la prensa dominada por intereses comerciales y por criterios conservadores, no atiende las demandas juveniles y como siempre pone como noticia principal: el "Choque entre manifestantes y Carabineros" y las "Fuertes escaramuzas céntricas", los "20 detenidos, daños a la propiedad pública y privada, enfrentamientos entre Carabineros y encapuchados", habla de "la violenta protesta que se desencadenó luego de una marcha en la que participaron más de 1.500 estudiantes"
Nada se dice que durante esa marcha, no se registraron incidentes y que los jóvenes universitarios expresaron pacíficamente el derecho a exigir una serie de reivindicaciones para mejorar radicalmente la educación superior.
También se sobredimensiona "el ataque a la rectoría de la U. de Concepción. La rotura de vidrios del histórico inmueble", que efectivamente "causó pesar y preocupación en las autoridades académicas", no solo entre ellas, sino en una comunidad seria que ve con preocupación a los grupos anarquistas y encapuchados, que la prensa infla, contribuyendo a crear una artifical sensación de inestabilidad, que genera un puñado minoritario de muchachos.
Pero este clima artificioso ha sido alimentado desde siempre por los sectores más reaccionarios de Chile, y los jóvenes de los 60-70 lo vivimos en carne propia, porque siempre nuestras reivindicaciones fueron silenciadas por la prensa y mientras se daban titulares y primeras planas "al desorden y la violencia", por eso recordemos qué se hizo en la UTE, porque LA UTE VIVE.
La primera Marcha de nuestra FEUT-C.
En octubre de 1968 asumió la nueva Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica del Estado de Concepción Aurelio Tobar. El problema de presupuesto era muy serio y en la UTE hasta faltaba tiza. Algunas autoridades pensaban que nuestra casa de estudios seguía siendo una escuela industrial y ante la apatía de los directivos del plantel, la nueva FEUT y los propios alumnos decidieron salir a la calle para enmendar esta situación.
En aquellos años las protestas callejeras, especialmente de los estudiantes de la Universidad de Concepción encabezadas por una FEC con una diricción del Movimiento Universitario de Izquierda (MIR), siempre terminaban con una violenta represión policial, del famoso Grupo Móvil, disuelto en 1970 por el presidente Allende.
Entonces en la UTE penquista se decidió hacer algo diferente, una marcha pacífica, sin palos, ni piedras. Incluso se acordó informar de esta caminata a la Intendencia penquista, que en ese momento la encabezaba transitoriamente por el general Carlos Prats González, en reemplazo de su titular.
La idea era que el intendente no llamara a carabineros y comprobara que los jóvenes universitarios eran capaces de movilizarse cívicamente y expresar sus puntos de vista sin hacer desórdenes callejeros, para que la autoridad escuchara.
Se encomendó a un joven de electricidad que acababa de hacer el servicio militar, ir a la Intendencia y de ser posible hablar con el general Prats. Se pensó que éste podría explicar todo al alto uniformado en un léxico más castrense.
El enviado llegó a la intendencia y pidió en el gabinete del intendente hablar con el general. El secretario consultó la razón y se le dijo que se quería informar de una marcha estudiantil. El burócrata pidió hacer la petición en papel sellado y en triplicado.
Para no hacer cuestión de la absurda solicitud, el emisario bajó a una notaría a hacer la diligencia y el propio notario gratuitamente le prestó una máquina de escribir, regaló una hoja de papel sellado al estudiante a cargo de la misión. Este escribió allí mismo la información de la trayectoria de la marcha. Se sacaron gratuitamente dos duplicados en una moderna fotocopiadora, de las pocas que en esos años había en Concepción y con esos papeles se volvió a la intendencia.
El funcionario timbró el documento y al leerlo se asustó y dijo nervioso:
- ¡Pero esta marcha se hará esta misma mañana!
- Exacto, los alumnos de la UTE ya vienen marchando hacia el centro, - se le respondió.
- Espere un momentito, informaré al intendente.
Al minuto salió un Prats furibundo, que molesto hizo entrar al alumno a su oficina.
- Pero Ud. no me da tiempo para llamar a Carabineros, indicó mirando al muchacho.
- Pero creo que es la primera vez que los estudiantes informan de una marcha así.
- Tendré que dejarlo detenido, porque Uds. van a causar desórdenes…
- Para evitar desmanes le sirvo más en la calle que preso. Somos de la UTE y no de la FEC. Vamos a marchar de manera tranquila y que se oiga nuestra demanda.
- Ud. me da su palabra de que son capaces de marchar sin causar incidentes.
- Tal como se la di, cuando nos saludó en el Regimiento Guías, este verano.
- ¿Ud. hizo su servicio allí…?
- Si mi general, como estudiante.
- Bueno y qué es lo que quieren.
- Más presupuesto para la UTE.
- Pero porqué?
- Por que ni siquiera hay para tiza.
- Pero no exagere, hombre, no puede ser para tanto.
- Así es la cosa mi general...a veces no tenemos triza y la traemos nosotros mismos.
- Pero no me vengan a protestar a la Intendencia.
- Y ¿Dónde terminamos la marcha?
- Vayan a la plaza de los tribunales, pero tranquilitos.
- Para estar tranquilos queremos que la intendencia conozca nuestras demandas.
- Bueno, yo informaré a las autoridades superiores de lo que pasa con la UTE.
- Me lo promete Ud., mi general.
- Si, pero me deja su carnet de identidad, por las dudas.
- Ningún problema, tiene mi palabra que nadie de la UTE va a tirar piedrazos.
Y por primera vez en una marcha callejera en Concepción, no hubo ningún incidente.
El único que quiso alborotar fue el “Guatón” Carrera, que hasta era de derecha. Pero al ser repudiado y al verse solo, a final se chupó y no hizo nada. La marcha calmadamente dio la vuelta a la plaza, pasó cerca de la Intendencia, llegó hasta el monolito de los tribunales. Allí Aurelio hizo su arenga, tras lo cual la marcha se disolvió y demostró a las autoridades, que la UTE peleaba distinto a los cabros de la Universidad de Concepción.
Finalmente, el emisario pudo recuperar su carnet, sin problemas.
Esta marcha pacífica y de gran madurez cívica no tomada en cuenta por la prensa penquista, que no informó nada, aunque los dirigentes de la FEUT fueron a la redacción del principal diario local.
Esto contrastaba con las fotos y textos sensacionalistas que los periodistas le daba a las manifestaciones de los alumnos de la Universidad de Concepción, destacando los hechos violentos, ignorando las reivindicaciones que se planteaban y transformando a los universitarios en un verdadero sinónimo de violentistas e inventaron la palabra "termocéfalos", para justificar así la brutal represión policial y luego la brutalidad militar que se aplicaría luego en Chile.
Esto nos demostró a los alumnos de la UTE de 1968, que no existe la libre información y que los dueños de los medios informan de lo que ellos quieron y de la forma que les parece más conveniente, efectuando una manipulación política descarada en defensa de sus intereses de clase.
Los jóvenes de la UTE seguimos manifestándonos en todo el país, en concepción hicimos nuevas marchas por el presupuesto, sumando en esto al virector Max Fernando Aguayo y a los profesores, hasta que finalmente logramos imponer una reforma universitaria de verdad, que nos permitió a alumnos, funcionarios y profesores elegir democráticamente a nuestro rector.
Sin embargo, la prensa dominada por intereses comerciales y por criterios conservadores, no atiende las demandas juveniles y como siempre pone como noticia principal: el "Choque entre manifestantes y Carabineros" y las "Fuertes escaramuzas céntricas", los "20 detenidos, daños a la propiedad pública y privada, enfrentamientos entre Carabineros y encapuchados", habla de "la violenta protesta que se desencadenó luego de una marcha en la que participaron más de 1.500 estudiantes"
Nada se dice que durante esa marcha, no se registraron incidentes y que los jóvenes universitarios expresaron pacíficamente el derecho a exigir una serie de reivindicaciones para mejorar radicalmente la educación superior.
También se sobredimensiona "el ataque a la rectoría de la U. de Concepción. La rotura de vidrios del histórico inmueble", que efectivamente "causó pesar y preocupación en las autoridades académicas", no solo entre ellas, sino en una comunidad seria que ve con preocupación a los grupos anarquistas y encapuchados, que la prensa infla, contribuyendo a crear una artifical sensación de inestabilidad, que genera un puñado minoritario de muchachos.
Pero este clima artificioso ha sido alimentado desde siempre por los sectores más reaccionarios de Chile, y los jóvenes de los 60-70 lo vivimos en carne propia, porque siempre nuestras reivindicaciones fueron silenciadas por la prensa y mientras se daban titulares y primeras planas "al desorden y la violencia", por eso recordemos qué se hizo en la UTE, porque LA UTE VIVE.
La primera Marcha de nuestra FEUT-C.
En octubre de 1968 asumió la nueva Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica del Estado de Concepción Aurelio Tobar. El problema de presupuesto era muy serio y en la UTE hasta faltaba tiza. Algunas autoridades pensaban que nuestra casa de estudios seguía siendo una escuela industrial y ante la apatía de los directivos del plantel, la nueva FEUT y los propios alumnos decidieron salir a la calle para enmendar esta situación.
En aquellos años las protestas callejeras, especialmente de los estudiantes de la Universidad de Concepción encabezadas por una FEC con una diricción del Movimiento Universitario de Izquierda (MIR), siempre terminaban con una violenta represión policial, del famoso Grupo Móvil, disuelto en 1970 por el presidente Allende.
Entonces en la UTE penquista se decidió hacer algo diferente, una marcha pacífica, sin palos, ni piedras. Incluso se acordó informar de esta caminata a la Intendencia penquista, que en ese momento la encabezaba transitoriamente por el general Carlos Prats González, en reemplazo de su titular.
La idea era que el intendente no llamara a carabineros y comprobara que los jóvenes universitarios eran capaces de movilizarse cívicamente y expresar sus puntos de vista sin hacer desórdenes callejeros, para que la autoridad escuchara.
Se encomendó a un joven de electricidad que acababa de hacer el servicio militar, ir a la Intendencia y de ser posible hablar con el general Prats. Se pensó que éste podría explicar todo al alto uniformado en un léxico más castrense.
El enviado llegó a la intendencia y pidió en el gabinete del intendente hablar con el general. El secretario consultó la razón y se le dijo que se quería informar de una marcha estudiantil. El burócrata pidió hacer la petición en papel sellado y en triplicado.
Para no hacer cuestión de la absurda solicitud, el emisario bajó a una notaría a hacer la diligencia y el propio notario gratuitamente le prestó una máquina de escribir, regaló una hoja de papel sellado al estudiante a cargo de la misión. Este escribió allí mismo la información de la trayectoria de la marcha. Se sacaron gratuitamente dos duplicados en una moderna fotocopiadora, de las pocas que en esos años había en Concepción y con esos papeles se volvió a la intendencia.
El funcionario timbró el documento y al leerlo se asustó y dijo nervioso:
- ¡Pero esta marcha se hará esta misma mañana!
- Exacto, los alumnos de la UTE ya vienen marchando hacia el centro, - se le respondió.
- Espere un momentito, informaré al intendente.
Al minuto salió un Prats furibundo, que molesto hizo entrar al alumno a su oficina.
- Pero Ud. no me da tiempo para llamar a Carabineros, indicó mirando al muchacho.
- Pero creo que es la primera vez que los estudiantes informan de una marcha así.
- Tendré que dejarlo detenido, porque Uds. van a causar desórdenes…
- Para evitar desmanes le sirvo más en la calle que preso. Somos de la UTE y no de la FEC. Vamos a marchar de manera tranquila y que se oiga nuestra demanda.
- Ud. me da su palabra de que son capaces de marchar sin causar incidentes.
- Tal como se la di, cuando nos saludó en el Regimiento Guías, este verano.
- ¿Ud. hizo su servicio allí…?
- Si mi general, como estudiante.
- Bueno y qué es lo que quieren.
- Más presupuesto para la UTE.
- Pero porqué?
- Por que ni siquiera hay para tiza.
- Pero no exagere, hombre, no puede ser para tanto.
- Así es la cosa mi general...a veces no tenemos triza y la traemos nosotros mismos.
- Pero no me vengan a protestar a la Intendencia.
- Y ¿Dónde terminamos la marcha?
- Vayan a la plaza de los tribunales, pero tranquilitos.
- Para estar tranquilos queremos que la intendencia conozca nuestras demandas.
- Bueno, yo informaré a las autoridades superiores de lo que pasa con la UTE.
- Me lo promete Ud., mi general.
- Si, pero me deja su carnet de identidad, por las dudas.
- Ningún problema, tiene mi palabra que nadie de la UTE va a tirar piedrazos.
Y por primera vez en una marcha callejera en Concepción, no hubo ningún incidente.
El único que quiso alborotar fue el “Guatón” Carrera, que hasta era de derecha. Pero al ser repudiado y al verse solo, a final se chupó y no hizo nada. La marcha calmadamente dio la vuelta a la plaza, pasó cerca de la Intendencia, llegó hasta el monolito de los tribunales. Allí Aurelio hizo su arenga, tras lo cual la marcha se disolvió y demostró a las autoridades, que la UTE peleaba distinto a los cabros de la Universidad de Concepción.
Finalmente, el emisario pudo recuperar su carnet, sin problemas.
Esta marcha pacífica y de gran madurez cívica no tomada en cuenta por la prensa penquista, que no informó nada, aunque los dirigentes de la FEUT fueron a la redacción del principal diario local.
Esto contrastaba con las fotos y textos sensacionalistas que los periodistas le daba a las manifestaciones de los alumnos de la Universidad de Concepción, destacando los hechos violentos, ignorando las reivindicaciones que se planteaban y transformando a los universitarios en un verdadero sinónimo de violentistas e inventaron la palabra "termocéfalos", para justificar así la brutal represión policial y luego la brutalidad militar que se aplicaría luego en Chile.
Esto nos demostró a los alumnos de la UTE de 1968, que no existe la libre información y que los dueños de los medios informan de lo que ellos quieron y de la forma que les parece más conveniente, efectuando una manipulación política descarada en defensa de sus intereses de clase.
Los jóvenes de la UTE seguimos manifestándonos en todo el país, en concepción hicimos nuevas marchas por el presupuesto, sumando en esto al virector Max Fernando Aguayo y a los profesores, hasta que finalmente logramos imponer una reforma universitaria de verdad, que nos permitió a alumnos, funcionarios y profesores elegir democráticamente a nuestro rector.
Y en la UTE también ganamos una matrícula diferenciada, que significaba un pago de acuerdo a los ingresos de nuestros padres y al número de hijos que estudiaban.
La deuda de la Concertación
La realidad de ahora es encalillar a los padres y a los futuros profesionales, con deudas millonarias, por una educación superior mercantilizada, de mala calidad, competitiva, egoísta y que no está al servicio de nuestra sociedad y que como dicen los jóvenes en las calles, aun no corta sus cadenas con el pasado y presente pinochetista.
Y esta es una deuda del gobierno de la Concertación, cuyos dirigentes hasta 1990 criticaron en todos los tonos la pinochetización de las universidades, pero que estando en el gobierno no han tenido la voluntad política de modificar este sistema elitista, mercantilista que tiene endeudados a 3 de cada 4 alumnos.
Por tanto, esta protesta universitaria debe ser encauzada no por esa minoría de violentistas, ni de los anarquistas, sino por la amplia mayoría de jóvenes maduros, unitarios y visionarios, que no deben repetir los errores que se hicieron en el pasado, y cuyos padres durante la tiranía integraron la CONFECH, la Confederación de Federaciones Estudiantiles de Chile, muchos de cuyos fundadores son hoy autoridades de gobierno y que deben tener el coraje necesario, para terminar con la educación municipalizada y terminar de liberar a nuestras universidades del yugo pinochetista que las sigue oprimiendo.
Y esta es una deuda del gobierno de la Concertación, cuyos dirigentes hasta 1990 criticaron en todos los tonos la pinochetización de las universidades, pero que estando en el gobierno no han tenido la voluntad política de modificar este sistema elitista, mercantilista que tiene endeudados a 3 de cada 4 alumnos.
Por tanto, esta protesta universitaria debe ser encauzada no por esa minoría de violentistas, ni de los anarquistas, sino por la amplia mayoría de jóvenes maduros, unitarios y visionarios, que no deben repetir los errores que se hicieron en el pasado, y cuyos padres durante la tiranía integraron la CONFECH, la Confederación de Federaciones Estudiantiles de Chile, muchos de cuyos fundadores son hoy autoridades de gobierno y que deben tener el coraje necesario, para terminar con la educación municipalizada y terminar de liberar a nuestras universidades del yugo pinochetista que las sigue oprimiendo.
Por eso, lo que pasa en la educación media y en las universidades, con esta "pinguinización" es un fenómeno que continuará desarrollándose hasta que la universidad recupere su autonomía y su esencia de servicio, libertad, democracia y conocimiento.
Esta es una reflexión, que no olvida las lecciones de la historia, por las cuales murieron muchos de nuestros compañeros y porque en ellos la UTE VIVE.
Esta es una reflexión, que no olvida las lecciones de la historia, por las cuales murieron muchos de nuestros compañeros y porque en ellos la UTE VIVE.
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