
Los egresados y ex alumnos de la Universidad Técnica le pusieron a Corvalán una chapita con la sigla UTE, y analizaron la obra de la UTE y de su rector Enrique Kirberg.

Se evocó especialmente el Convenio CUT - UTE, que permitió abir las puertas de la educación superior a trabajadores y sus hijos, a alumnos de escuelas industriales, vespertinas y nocturnas.

Corvalán y su compañera Lily Castillo valoraron la figura de Enrique Kirberg, y de su esposa Inés Erazo, con quienes tuvieron una gran cercanía.

Don Lucho mostró a la gente de la UTE y especialmente a las reinas de la FEUT, su cabaña de trabajo, y exhibiò sus libros, medallas, fotos y recuerdos.
Los uteinos le dejaron a Corvalán una banderola de la UTE, para que en su oficina quede el espíritu y la presencia de una universidad estatal verdaderamente comprometida con los sectores más postergados del país.
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