viernes, 11 de diciembre de 2009

RODOLFO PARADA DE QUILAPAYUN RECUERDA A VICTOR JARA EN LOS TRABAJOS VOLUNTARIOS DE LA UP



Te recuerdo Víctor.

Me parece que era el mes de noviembre de 1972.
La huelga de los camioneros, que pretendía paralizar Chile y provocar el descontento
popular por el desabastecimiento de los bienes de consumo, comenzaba a hacer su efecto.
Las Juventudes Comunistas trataban de movilizar al máximo a sus militantes para paliar la escasez de productos.
Con algunos miembros de la "Escuela Quilapayún", decidimos participar en los trabajos de emergencia. No recuerdo muy bien quienes estábamos, pero me parece que eran Loreto Hernández, Alfredo Pintor, Gabriel Peña, Patricia Ramírez y no sé que otro joven.
Nos subimos en la parte de carga de una camioneta que nos llevó como a 40 kilómetros de Santiago, donde había hangares llenos de mercadería sin distribuir. Cuando llegamos al lugar, ya había un montón de trabajadores y estudiantes que comenzaban a organizarse.
Uno de ellos era Víctor Jara.



Se trataba de cargar sacos de harina y de arroz en algunos camiones, para repartirlos
enseguida en algunos negocios de una población cercana a San Miguel, en Santiago.
Como cualquiera de nosotros, Víctor iba y venía con un saco al hombro, entre el hangar y los distintos camiones.
Los más jóvenes se le acercaban, simplemente para saludarlo o pedirle un autógrafo. Como siempre, Víctor trataba de responder a todas las solicitudes, con su sonrisa amplia y franca, con una pequeña talla, o con un abrazo especial para la foto. Pero sin pasarse ni quedarse.



Muy pronto él mismo se encargaba de alentar a los jóvenes para que volvieran al trabajo.
Cuando terminamos de cargar el tercer o cuarto camión, nos subimos en el que estaba más vacío para ir a distribuir los productos. Nos subimos como 15 o 20, con Víctor entremedio.
Hacía calor, y el viento nos ponía alegres. Nos pusimos a cantar, cada vez más fuerte a medida que entrábamos en Santiago y que la gente en las calles nos podía escuchar.
No nos moverán, La yerba de los caminos, Te recuerdo Amanda, Levántate hombre flojo,
etc…. Alguien empezó a cantar La beata. Pero no se sabía bien la letra y pidió socorro.
Víctor de inmediato se puso a entonar las estrofas y el resto comenzamos a hacer los coros
"Chiribiri biri biri, chiribiri biri bón".
Trabajo, canto, entusiasmo, confianza. Víctor nos contagiaba a todos con su energía, su jovialidad y sencillez.
Nos separamos satisfechos por la labor cumplida.
Estábamos contentos. El futuro era nuestro.



El 14 de septiembre de 1973, cuando nos preparábamos para cantar en el Olympia de
París, aún no sabíamos que Víctor Jara, en esos mismos momentos, escribía su último texto y se disponía a dar su vida por todos los que él amaba.
El 15 de septiembre cantamos junto a un público que se expresaba en medio de llantos y gritos, vitoreando "Presente" por Chile, por Allende, por Víctor y por tantos otros.
La resonancia del campanazo nos hacía comprender que cambiábamos brutalmente de época.
La gira que realizamos posteriormente junto a Joan Jara a EEUU en 1979, en homenaje a
Víctor, se transformó en una gran manifestación de solidaridad con Chile. Muchas figuras del mundo artístico respondieron al llamado de Joan, uniéndose al clamor multitudinario para exigir la democracia para Chile y la verdad sobre la muerte de Víctor.
El homenaje que se le rinde muy justamente a Víctor en estos días, es el resultado de un largo y perseverante trabajo encabezado por Joan, representando el sentir de cientos de miles de personas en el mundo entero. Esta "justicia popular", tendrá que hacer pensar a todos aquellos, que por edad u omisión no conocieron las canciones ni la palabra de Víctor, que el que hoy se integra al Panteón de nuestro imaginario chileno, no era sólo un artista superior, sino también un ser humano ejemplar.



Rodolfo Parada-Lillo
Ingeniero Civil por la UTE (1969)
Director artístico de Quilapayún
4 de diciembre 2009

1 comentario: