domingo, 22 de agosto de 2010
COMPAÑEROS MINEROS DE SAN JOSÉ RESISTAN, AHORA VIENE LA ETAPA DE RESCATARLOS
La Corporación UTE USACH celebra de corazón que finalmente se haya encontrado con vida a los 33 mineros de San José, luego que estos se las ingeniaron para hacer llegar a la superficie un mensaje que decía: "ESTAMOS BIEN EN EL REFUGIO LOS 33" y de esta forma se les dio la razón a los pirquineros que señalaron que los experimentados mineros podían estar vivos, preparados para resistir en el fondo de la mina maldita y que hasta se ofrecieron solidariamente para ir a rescatarlos personalmente.
Nuestra UTE, entre cuyas carreras está la de ingeniería en minas, sabe de las duras faenas en los yacimientos subterráneos del país, y donde pese a la riqueza que se genera, los que la producen no se benefician mucho y menos pueden disfrutar de una seguridad plena en sus labores.
Cómo no mencionar a nuestro compañero de la UTE penquista, el inolvidable ingeniero Pedro Orella, fallecido tras un accidente con gas grisú en la mina ENACAR y que como muchos trabajadores del carbón han enlutado a la provincia de Arauco, castigada una y otra vez con las tragedias de tantos chiflones del diablo.
Por eso es importante conocer una nueva reflexión de Jorge Coulón, llegada antes del reencuentro de los 33 mineros, donde señala que más allá de los triunfalismos, hay que conocer a fondo la realidad de Chile minero, porque detrás de ella no hay ningún milagro, sino el esfuerzo de miles de chilenos que se sacrifican día a día por rescatar el sueldo de Chile, que finalmente debe volver a ser soberanamente de todos los habitantes de este país y nunca más de mineras extranjeras, porque como alguna vez reconoció la propia Contraloría General de la República, han tenido ganancias excesivas, pero diríamos ganancias indecentes, usureras y robo a mansalva permitido por los que detentan el poder en nuestra patria.
JORGE COULON: LA TRAGEDIA MINERA
En estas dos terribles semanas en que el corazon de Chile late ansioso ante las puertas sordas de la mina San Jose hemos visto en los medios, especialmente en la TV, un desfile de personajes que desde la seguridad de sus puestos con sillón en Santiago organizan, pontifican, explican, predicen -salvo poquísimas excepciones, la presencia de gente de la mina se ha limitado a notas de color, ojos llorosos, conmovedoras muestras de fe religiosa… prácticamente nula la aparición de dirigentes sindicales o de mineros que nos puedan dar una idea de quiénes y cómo son los 33 compatriotas que están atrapados en el fondo de esa mina, que no es demasiado diferente de tantas otras en este país que acaba de ingresar al OCDE.
La TV nos explica entusiasta como Chile está a la vanguardia en la minería, la asombrosa tecnología que se aplica para introducir en el vientre de la montaña sondas que una y otra vez fallan en el intento- me viene a la memoria la arrogancia de los industriales del salmón hace tan poco tiempo, cuando nos preciabamos de ser la primera potencia exportadora del mundo. Recuerdo los anuncios engolados de la incorporación de nuestro país a exclusivos grupos de países que han superado la pobreza y el subdesarrollo, la repetida proclama triunfalista de fechas en el próximo futuro en las que Chile superará la pobreza y entrará en la élite de las “naciones desarrolladas” .
Luego, indefectiblemente nos damos de narices con la realidad… la verdad de los trabajadores se demuestra solo con sangre- dijo un dirigente sindical que ya en el 2004 había solicitado a los Tribunales el cierre de la mina maldita, su testimonio es impresionante; la Corte de Apelaciones de Copiapó por unanimidad rechazó las pretensiones de estos revoltosos agoreros que no piensan en el desarrollo del país, que son un lastre para que Chile crezca a los ritmos que se merece…
Pienso en la insolencia escandalosa de los edificios de Sanhattan si se comparan con la realidad del ambiente de trabajo que a diario viven quienes crean esa riqueza en las entrañas de Chile… hoy nos preocupa la mineria, pero; ¿hay alguna actividad lucrativa en este Chile del Bicentenario que no muestre las mismas escandalosas inequidades? Los temporeros, los pescadores artesanales, los mineros, los pobladores, los mapuches, los subcontratados, etc. etc. son la entropía de este sistema en el que el escándalo no es la pobreza, sino la grosera riqueza que se extrae de ella.
A la hora de los quihubos somos el país subdesarrollado que nos negamos a ver, a la hora de enfrentar las consecuencias de la avidez y de la usura, los verdaderos culpables se esconden y Chile se hace cargo una vez más de socializar las pérdidas, visto que ya la privatización de las ganancias permitieron a estas estar a buen recaudo.
¡Qué pena que por falta de comunicación nuestros 33 compatriotas aún no puedan enterarse de que Chile crecera por lo menos un 6% el año próximo!
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