martes, 3 de mayo de 2011

CLAUDIO FONSECA RECUERDA LOS 50 AÑOS DEL 25 DE MAYO DE LA UNIVERSIDAD TECNICA DEL ESTADO


Me permito adjuntar un relato sobre la huelga y toma de las escuelas en la Universidad Técnica del Estado en 1961 al cumplirse medio siglo de esta acción estudiantil.
En esa época me correspondió ser uno de los dirigentes de la FEUT siendo alumno del último año de la Escuela de Ingenieros Industriales.

Es un aporte al 50 aniversario del 25 de Mayo.

Cordiales saludos

Leo

Relato sobre el 25 de Mayo, la gran huelga de 1961

Claudio Leonardo Fonseca

Es real que a veces “una sola chispa puede incendiar una pradera” como decía Mao Tse Tung cuando leíamos alguno de sus escritos allá por los 50 del siglo pasado.

Eso es lo que sucedió en 1961, una chispa generada por la elección del director de la Escuela de Minas de Copiapó, rechazada por sus estudiantes, incendió a la Universidad Técnica del Estado desde Antofagasta a Valdivia.

Fueron tomadas todas las escuelas de la Universidad al llamado de la Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica del Estado (FEUT) menos la escuela directamente afectada, la de Copiapó, la cual se determinó no ocuparla por razones tácticas del momento. Los estudiantes de dicha escuela estaban listos para su toma, lógicamente eran los más entusiastas y preparados, contaban, entre otros, con la dinamita del polvorín de la escuela y alambradas de púas a fin de impedir cualquier retoma por parte de las autoridades pero, con el dolor de su corazón, obedecieron la orden de la Federación y no la tomaron aunque sí permanecieron en huelga.

La noche de la decisión

Esa noche la FEUT se reunió en el subterráneo de la Escuela de Artes y Oficios, nuestra madre escuela. Asistían presidentes de los centros de alumnos de provincias. En Santiago y en el Norte prevalecía la decisión mayoritaria de actuar para lo cual estaban preparados, pero había dirigentes que no eran partidarios de medidas duras como la toma de su escuela.



Sin embargo mientras debatíamos la situación y la necesidad de pasar a la ofensiva, apareció en forma sorpresiva la directiva del Centro de Alumnos de la Escuela de Ingenieros Industriales (EII), la escuela de mayor nivel y respeto en esa época, a cuya cabeza se encontraba Juan Humberto Vera el cual, tomando la palabra, informó que la EII esa noche ya había sido tomada por los estudiantes. La cara del presidente de Concepción fue de asombro (1).
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(1) En realidad en esa época sólo existía el precedente de los estudiantes de veterinaria de la U de Chile quienes pocos años antes sí habían ocupado su escuela. La EAO sólo se había tomado para la caída de Ibáñez el año 1931 en que se constituyó un “soviet” por los estudiantes.
A partir de allí la Federación votó unánimemente la toma de todas las escuelas menos la de Minas de Copiapó y tampoco la Casa Central y la Radio UTE.

El desarrollo de la huelga

El paso se dio luego de variadas gestiones y de sucesivos fracasos y negativas de la autoridad universitaria. Antes de la acción me correspondió viajar a la Escuela de Minas de Copiapó a respaldar al Centro de Alumnos y también a conversar con profesores y gente del medio minero. Nos percatamos que el problema iba más allá de un simple capricho o rechazo a una persona, la elección del Consejo Universitario había ofendido al estudiantado y a parte del profesorado, encendiendo una mecha que nos permitió el triunfo ese año con la renuncia del director recién elegido y algunas otras conquistas, pero 1961 fue una etapa que daría resultados reales en pocos años más.

El desarrollo de una huelga es siempre un problema complejo. Lo primero es entender por qué se está en huelga, el grado de convencimiento de los huelguistas es el principal paso para ganar; en este caso existía un espíritu solidario con los estudiantes de Copiapó y de rechazo a la imposición de un director no aceptado. Sólo una vanguardia tenía claro la necesidad de la participación estudiantil en el gobierno universitario y en sus grandes decisiones. Pienso que un núcleo estrecho había leído a José Ingenieros y conocía la lucha de la Universidad argentina de Córdova en el año 1928. Sin embargo esas ideas sí era compartidas por la FEUT y discutidas en nuestros congresos nacionales. Formaba parte de la plataforma pero faltaba un tiempo y trabajo para que se hiciera carne en la masa estudiantil.



Un segundo punto era que el proceso huelguístico debía ir en ascenso a fin de mantener el espíritu en alto. Por ello en cada Centro de Alumno se organizaron actividades artísticas y deportivas a la vez que se insistía en al principio de que los estudiantes tenían que participar y ayudar a decidir en su universidad.

En Santiago se realizó una gran marcha desde la Unidad Universitaria (entonces Casa Central, Pedagógico Técnico y Escuela de Artes y Oficios, la Escuela de Ingenieros estaba en construcción) por la Alameda. Fue como siempre una explosión de creatividad con carros alegóricos carteles y murgas; incluso el estudiante Pedro Llanos trajo un burro desde la comuna de Quinta Normal al cual le pusieron el nombre del director cuestionado.

Una tercera tarea era lograr la máxima solidaridad haciendo crecer permanentemente el movimiento, sacándolo de los cauces de nuestra Universidad porque, en los hechos, todas las universidades chilenas estaban sometidas a los mismos procedimientos autoritarios. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) estaba cuadrada en el apoyo y decidida a incorporarse a un paro nacional que se planificaba para pocos días más.

En esta acción por hacer crecer el movimiento, fui con otro compañero a ganar a la Universidad Santa María en Valparaiso, institución privada que administraba la familia Edwards. En una gran asamblea los estudiantes escucharon nuestras propuestas y aspiraciones, la necesidad de participar en las decisiones de la Universidad y en la elección de sus autoridades, le leí nuestro manifiesto, la “Declaración del 25 de Mayo”, ante sus ojos asombrados, logrando el compromiso de tomar parte en la gran huelga universitaria que preparábamos. Juan Humberto Vera y Omar Martínez hicieron lo propio en la UC de Valparaíso logrando un decidido apoyo al paro nacional en estas dos universidades privadas.

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