jueves, 7 de mayo de 2015



 LA VAGINA DE TU PROGENITORA

Sería demasiado feo que este misceláneo lo titulara: “La concha de tu madre”. A  propósito de la próxima celebración de nuestro “Día”,  fecha  que con tanto esmero y dedicación se ha encargado de recordarnos y, con la debida anticipación,  el“buen hijo mercado”,   regulador  y dominador absoluto de todos los aspectos de la vida y muerte de nuestro pobre planeta.

Dicen que ya en la antigua Grecia  se festejaba a Rhea, la diosa madre de los planetas de nuestra galaxia. También a los ingleses  se les atribuye  la piadosa modalidad de permitir que sus vasallos,  los  que le trabajaban  sólo por la comida y el techo,  pudieran una vez al año visitar a sus madres.

Los aztecas honraban la maternidad. En su mitología respecto a la creación del mundo, reconocían a la diosa Coyolxauhqui quien representaba a la Luna y, madre de Huitzilopochtli, dios del Sol. La madre diosa fue asesinada  por las celosas estrellas para que ésta no concebiera un hijo con tan excesivo poder. Finalmente  dominó la grandeza y el poder del dios Sol quien nació al morir su madre y se impuso por sobre las tinieblas.

Fue para variar, en USA  allá por el año 1872 donde se reunieron las primeras “madres que ofrendaron la vida de sus hijos a la patria”, es decir, en buen castellano,  madres de hijos asesinados en la guerra.  Y ya en 1914, el presidente Wilson proclamó el “Día de las madres” como fiesta nacional, a celebrarse el segundo Domingo de Mayo de cada año.

Y como los chilenos somos malitos para “agarrar papa”; celebramos también el Día de las madres.

Este domingo, ciertamente en compañía de los dos “ hijos varones” que parí,  voy a reflexionar más que nunca:

---¿Quiénes  y cuándo nos salvarán de la contaminante invasión publicitaria por cielo tierra y mar que somos objeto?  Los ofertones de las casas comerciales,  llamando al chileno atribulado por las deudas, a endeudarse más y más hasta que reviente… Los restaurantes ofreciendo mucho más allá de la capacidad de sus instalaciones,  prometiendo almuerzos inolvidables…

--- ¿Sebastián Dávalos habrá calibrado el daño irreparable que le ocasionó a su madre?  Y en la privacidad familiar. ¿Le pedirá perdón, deshaciendo los turbios negociados donde esquilmó a los  chilenos  ya esquilmados?

--- ¿La Mattei, en honor a su madre muerta, a sus hijos; nos seguirá mintiendo, asegurando sin siquiera arrugarse que no miente?

--- ¿La Presidenta, la ministra Ximena Rincón;  tendrán compasión de las mujeres-madres, ex prisioneras de la dictadura en huelga de hambre, por el incumplimiento de las promesas de reparación plasmadas en su programa de gobierno?

--- ¿Los militares seguirán ocultando el destino de los cuerpos de los desaparecidos, mientras las madres de aquellos continuarán muriendo sin saber dónde están?

--- ¿Las niñas violadas, las mujeres violadas, las embarazadas con fetos imposibles de sobrevivir, con una maternidad dañina y dañada; las seguirán obligando a continuar con ese fatal e indeseado embarazo?

“La concha de tu madre” es uno de los más ofensivos improperios usados aquí en América Latina. Para los hombres chilenos recordarles “la concha de la madre que los parió”, los puede llevar hasta quitar una vida  o perder la propia. Es un insulto  que no tiene cabida en ningún medio de comunicación chileno, tan “relajados” por estos tiempos. Inaceptable en una reunión formal.

Este domingo nos celebramos   las “conchúas que hemos sido madres”, por opción o por obligación… Así  no más es… No idealicemos la maternidad según los patrones entregados por las revistas femeninas burguesas   o, ABC1 como  llaman  a las cuicas de hoy. Imagino la espera  de una madre  que  ha planificado su hijo de manera pragmática y concienzuda,  con todos los requerimientoscubiertos y mucho más allá de los imponderables... El baby shower realizado entre sus amigas la aperó de ropas y juguetes hasta la Primera Comunión del afortunado vástago que está por nacer. El médico de cabecera que monitorea su embarazo está dispuesto para ella las 24 horas del día. La cesárea programada, detallado el día y la hora en la Clínica-Hotel donde dará a luz. La suite con baños y salas de espera para los visitantesde la parturienta.  Instalaciones para contener  los  sinnúmeros  de ramilletes  de flores y más regalos... La enfermera particular del día y de  la noche. El menú variado y equilibrado a elección. Piensa en su figura alterada, en el cirujano plástico que borrará las huellas del “sacrificio”. Es contraria  al aborto en todas sus circunstancias…

 La madre  de la “pobla” que espera su cuarto, quinto, sexto  hijo… “Salió de chiripazo”. Ya ni se acuerda  cuantos meses de gestación tiene. No tiene  tiempo de esperar horas y horas para que la  atiendan en el Consultorio. ¿Y quién va a cuidar a la parvá de cabros chicos que se quedan en la casa?  Allí a parir en las camas calientes del Barros Luco. Hasta dos mamitas por cama, una para  la cabecera y la otra para   los pies. Con sumo cuidado eso sí, para que no se nos vayan a confundir las guaguas. Las completadas que se hicieron en el cité dieron buenos resultados. Hartos pañales, chalequitos de lana tejidos por las viejas de la Junta Vecinal. La comida es muy mala. Tiene ganas de comerse una buena cazuela de pollo que la tonifique. La mamá de la cama del rincón tiene poca leche. Se pone a la guagua de su vecina en su teta, total a ella se le cae la leche y el Byron no va a ser egoísta, tiene que compartir la teta de su mamá. Piensa como van a alimentar otra boca más. Ya  van  a terminar la construcción donde trabaja el Jonathan, otra vez cesante… Salir a vender cualquier cosa a la feria. Si no fuéramos  tan pobres… Si yo hubiese podido estudiar… Si hubiese tenido más educación…

Termino reflexionando: “Todas las que parimos somos madres biológicas pero, unas más conchúas que otras”.
IRIS ACEITON


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