Toronto, 27 de Julio de 2015
Sr. Emilio Daroch Fernández
Presidente de la Corporación
Solidaria UTE-USACH
Santiago
Estimado Emilio,
En el centenario del
nacimiento de nuestro querido y recordado Rector Enrique Kirberg un grupo de ex
alumnos de la UTE residentes en Toronto y Montreal, Canadá, hemos querido hacernos
presentes con nuestro saludo en esta ocasión tan especial. En primer lugar vaya
nuestro saludo para la querida Inesita Erazo y su familia y nuestro saludo también
para las autoridades, académicos,
funcionarios y estudiantes presentes en este acto.
En este centenario
celebramos el legado de un hombre excepcional. El legado de Enrique Kirberg. Un
legado de entusiasmo, de fuerza renovadora y compromiso con las nobles causas
de la sociedad. El Rector Kirberg dirigió la Universidad con valentía, pasión,
sabiduría, e imaginación en un período histórico para el país y para la
Universidad.
Su paso por la vida
universitaria dejó una estela de logros impresionantes. La matrícula en la
Universidad se amplió de 9.000 a 33.000 estudiantes, se crearon carreras cortas
y los Institutos Tecnológicos llegaron a cubrir casi todo el territorio
nacional. En un período de poco más de cuatro años - abruptamente interrumpidos
por el golpe militar -, el porcentaje de obreros y de hijos de obreros y
campesinos entre los estudiantes de la Universidad aumentó de 5,4% a 30 %”.
El programa de
educación universitaria para trabajadores, desarrollado bajo el liderazgo del
Rector Kirberg, dentro de los alcances del Convenio CUT-UTE, fue un proyecto de
dimensiones históricas. No solo se establecieron mecanismos para el ingreso
directo a la Universidad de trabajadores e hijos de trabajadores que estuvieran
en posesión de su licencia media, sino que se crearon Cursos de Nivelación,
para aquellos trabajadores que no cumplieran con los requisitos de ingreso.
Con el bullente
impulso de la movilización estudiantil durante el período de la Reforma y bajo
el liderazgo del Rector Kirberg, la Universidad fue renovada. Se modernizó y
democratizó su estructura, se racionalizaron sus planes de estudio, se
estableció la carrera académica, se contrataron profesores de jornada completa,
se auspiciaron programas de perfeccionamiento a los académicos, se ampliaron y
reorganizaron las bibliotecas, se incentivaron las artes y se dio un impulso
definitivo a la investigación como actividad primordial en la vida
universitaria.
En 1968 los
profesores de jornada completa no alcanzaban a 500. En 1973 superaban los
2.500. En 1966 había solo 13 profesores realizando investigación en toda la
Universidad trabajando bajo condiciones muy desfavorables y se había logrado
publicar apenas una docena de trabajos en el extranjero. En 1971 había ya 124
investigaciones en curso y se había
publicado más de 100 trabajos en el extranjero.
La labor de extensión
de la Universidad hacia la comunidad recibió también un gran estímulo bajo el
liderazgo del Rector Kirberg. Las Escuelas de Temporada en especial tuvieron un
resurgimiento extraordinario. De una matrícula de 3.570 estudiantes en 1969, se
llegó a 52.000 estudiantes en cursos de temporada en 1973. La cadena de
emisoras de la Universidad incluía estaciones en Antofagasta, Copiapó, La
Serena, Santiago, Concepción, Temuco y Valdivia. El Departamento de cine había
producido ya 4 documentales, bajo la dirección del recordado cineasta Fernando
Balmaceda y la Universidad se preparaba también para inaugurar su propio canal
de televisión: UTE TV 11.
Varios de nosotros
tuvimos la fortuna de trabajar directamente con el Rector Kirberg, en el
período luminoso y bullente de la Reforma Universitaria. Trabajar directamente
con Enrique Kirberg como jefe fue, en mi caso personal, una experiencia enriquecedora. Dotado de una
mente brillante, Kirberg actuaba además con una energía y dinamismo
contagiosos. Pero sobre todo, irradiaba respeto y cariño de quienes le
rodeaban. A su personal carisma, unía un especial sentido de humor y llevaba
además su cargo con mucha dignidad. Sobradas razones tenía Fernando Castillo Velasco cuando decía que Don
Enrique “era un hombre muy elegante por
dentro y por fuera”.
La Universidad de
Santiago de hoy y las Universidades regionales, que nacieron del
desmembramiento de la Universidad Técnica del Estado, son herederas del legado
de un hombre excepcional: Enrique Kirberg, quien se entregó con pasión a la
noble tarea de construir una Universidad nueva, con bases claras de su justa
misión en la sociedad.
Aparte de sus
innegables dotes de líder y dirigente, su carisma, su sentido del humor y su
caballerosidad, Enrique Kirberg fue además
un ser humano especial. Al conocerse detalles del vil ataque a la institución
universitaria, luego del golpe militar, uno no puede sino asombrarse de la
bravura de un Rector que enfrentó con valentía y sin armas, el ataque de
efectivos de un ejército y tuvo una condición humana ejemplar para velar en
todo momento por la seguridad de su gente. Luego de iniciarse el bombardeo de
la casa central, en medio de la balacera, entre el polvo y el humo, el Rector
se arrastró a una ventana y agitó una camisa blanca, para lograr un alto en el
fuego y permitir la salida segura del personal desde la sitiada Casa Central.
Por esto, desde la
distancia, levantamos las banderas de la UTE para rendir un justo homenaje y celebrar
la vida y el legado de un hombre excepcional. Nuestro Rector, nuestro amigo,
nuestro inolvidable compañero de luchas, Enrique Kirberg.
En representación de un
grupo de ex alumnos de la UTE residentes en Toronto y Montreal, Canadá: Julieta
Carrasco, Luis Carrasco, Alfonso Grau, Raúl Hermosilla, Carmen Isaza, Adolfo
Silva y Juan Vera Gandulfo.
Fraternalmente,
Tomás Ireland
Ingeniero
metalurgista, ex director de la Escuela de Ingenieros
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