miércoles, 5 de agosto de 2015



SALUDO DE SERGIO BITAR CHACRA, COMPAÑERO DE PRISION A LOS 100 AÑOS DEL NATALICIO DE ENRIQUE KIRBERG B.

KIRBERG RECTOR Y AMIGO



Es un honor transmitir mis sentimientos de admiración y cariño a Enrique Kirberg, a los 100 años de su nacimiento, honor que agradezco a quienes me solicitaron estas lineas , a pesar de no encontrarme en Chile, para acompañar a Ines , su familia, colegas, amigos y compañeros y compañeras.



Los cualidades  de cada persona  se miden en sus momentos críticos de sus vidas. Uno mismo no se conoce a si mismo mientras no encara situaciones excepcionales para sobrevivir.  Fue en esas condiciones extremas  cuando  pude conocer y apreciar el valor de Enrique Kirberg.

Con la perspectiva de mas de 40 años, confieso que siento alegria  de haber compartido con él  tiempos dramáticos  e inolvidables de nuestras vidas.

Qué mejor que mi  vivencia directa para contarles de  su carácter y valorar su impronta. Creo ser la persona que mas tiempo ha dormido junto a Kirberg, fuera por cierto de su esposa Ines.  En las barracas del campo de prisioneros politicos de Dawson nos tocaron literas contiguas, en las camas de arriba. Las condiciones de vida, físicas y psicológicas, eran durísimas. A las 6 am nos obligaban a prepararnos para el  trabajo forzado. Cargábamos  postes, cavábamos el terreno  con chuzos y palas, instalábamos  un tendido eléctrico, cargábamos sacos o grandes piedras. Regresábamos cansados y con hambre,  y dormíamos sobre un colchón cubierto por una frazada áspera y gris. Estábamos desconectados de nuestras familias, a diario se pegaban noticias en diario mural  de muertes  q se vestían de falsos enfrentamientos.

En tales  circunstancias, Enrique  jamás emitió una queja, jamás se vino abajo, mantuvo firmeza y dignidad. Por el contrario, infundia animo a los demás.  Dirigía mi  cuadrilla de trabajo forzado y nos instruía cómo efectuar el alineamiento de los postes.  Nos exigía cumplir. Y arreciaban nuestras protestas ... ¿Para que quieres cumplir con los que te apresan, Enrique..? El trabajo hay q hacerlo bien, respondía, nosotros somos mejores.

En medio de las penurias mantenía disciplina y gran rigor y orden. A  veces se excedía y  provocaba nuestras bromas. Para sobrevivir,  el humor es fundamental. Tras su litera colgó, a poco llegar, un calendario elaborado por el mismo. Decía que le permitía constatar que cada vez quedaba menos tiempo de prisión,  y hacia sus cálculos optimistas: saldremos en tantas semanas . Yo siempre miraba su calendario antes de acostarme, y una noche lo hice con agrado tras constatar que por marcar feriado no deberíamos salir a colocar postes o cargar sacos y grandes piedras. Pero no fue así, Enrique se levantó a la misma hora, yo me atrasé y le reclamé por despertarme, siendo feriado. No es feriado , me contestó,  y entonces¿ por qué lo tienes  marcado como domingo?,  le recriminé sorprendido .. Ahhh, respondió,  porque es mi cumpleaños.

Mas tarde nos trasladaron  a los campos de concentración  de Puchuncavi y Ritoque. Ambos fuimos expulsados despues, y nuestro exilio se inició en EEUU,  invitados por universidades de ese pais. Compartíamos el trabajo político, también con Orlando Letelier , quien salió de Dawson a Washington, donde vivió hasta su asesinato en 1976. .Enrique nos fue a visitar a Boston cuando recién llegó y en innumerables ocasiones los visité en N York, donde el escribió un libro sobre educacion y dictó  seminarios en la Universidad de Columbia,  sobre su experiencia de conducción universitaria.

En la prisión aprendimos a actuar unidos,   subordinar las diferencias de partido o las disputas ideológicas a un  interés superior, respetando las experiencias y posiciones de cada uno, a luchar por la democracia, cuidarla y perfeccionarla a diario.   La tragedia del fracaso nos enseñó que para avanzar había  que ponerse de acuerdo , sin caer en utopismos ni  intransigencias, dialogando con convicción. Y en ello Enrique fue un ejemplo . Y ese ejemplo tiene valor en todos los tiempos,  hoy también.

También Kirberg  nos enseñó a querer lo que uno hacia. Fue un pionero en su universidad. Su amor por la UTE era permanente. Nunca lo vi cejar en su compromiso por recuperar ese proyecto, a pesar de los golpes de la dictadura por desarmar la Universidad y someterla.

Hablaba de cómo proseguir, cómo servir a  los jóvenes de menores recursos y contribuir al desarrollo técnico de Chile. Por esas cualidades fue respetado tanto por sus compañeros de prisión y de exilio, y   como profesor y rector de la universidad.

 Y ese ejemplo es una guia para los que hoy  construyen una universidad de calidad, al servicio de las necesidades  de Chile,   privilegiando las  oportunidades  a los jóvenes  de familias modestas , para desarrollar sus talentos y generar mas igualdad.

Mis saludos afectuosos y los de mi esposa, María Eugenia, a Ines y la familia Kirberg, a alumnos, profesores, amigos y colegas. Y de nuevo , felicitaciones por la iniciativa

Muchas  Gracias



 Sergio Bitar

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