La CORPORACIÓN SOLIDARIA UTE-USACH,
felicita al ministro Mario Carroza por hacer su trabajo de aplicar y
ejercer la justica, sometiendo a proceso y ordenar la detención al ex
comandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre, en el marco de la
investigación de la Caravana de la Muerte. Involucrado en violaciones de
los derechos humanos, que se concretó la primera semana de julio del 2016, a
pesar de la singular red de protección que este ex general contaba.
Se trata de una situación que
reconforta, aunque no por ello abandonaremos nuestro estado de alerta,
porque estamos conscientes de que la presión que ejerce la citada red de
protección podría conseguir que la defensa de este oscuro personaje se
imponga. No en vano participan en ella dirigentes políticos de sectores
minoritarios, incluyendo a ex ministros, e incluso a ex jefes de Estado
que, ya sea actuando en términos lindantes con la deslealtad a los
ciudadano quienes los eligieron o traicionaron el principio de igualdad
ante la ley o por ese empeño en buscar la paz en base al olvido, se
atrevieron a nombrar a Cheyre general y luego comandante en jefe y, tras su
retiro, Presidente del Servicio Electoral el cual es el órgano superior de
la administración electoral (SERVEL). Impresentable,
Nos preguntamos de qué “nunca más”
hablaba este general, si tras esas palabras, ningún oficial del ejército
rompió su pacto de silencio y nada surgió de los cuarteles que ayudara a
los deudos a hacer justicia o a encontrar a su gente desaparecida para así
hacer el duelo y terminar con estos años de agonía. Nótese que en aras de
considerársele “el general del nunca más”, a Cheyre lo mantuvieron en su
cargo a pesar de la tragedia ocurrida en Antuco donde oficiales llevaron a
la muerte de 45 miembros de un batallón de conscriptos que hacían su
Servicio militar en el Ejército de Chile donde el General Cheyre no asumió la
responsabilidad de mando. Ni el Presidente de turno le pidió el cargo, como
debiera haberlo hecho
Se dice que Cheyre, como oficial
de inteligencia del Regimiento Arica de la Serena, pudo ser quien
confeccionó la lista de quienes debían ser fusilados para que el asesino
Arellano Stark concretara los asesinatos, una suposición más que razonable,
si no, de qué otro modo el tal Arellano los pudo escoger si él no era de La
Serena y por lo tanto difícilmente conocía a las personas de esa ciudad,
mucho menos sus trayectorias.
Nótese que, de esta misma manera,
en cada lugar donde la caravana de la muerte aterrizó para matar, debió
haber un "Cheyre", oficial de inteligencia, que entregó una lista
diciendo "tome mi comandante, estos son los que aquí deben ser
asesinados". Resaltamos que uno de los asesinados era el estudiante de
la UTE de la Serena, Marcos Barrantes.
El apresamiento de este general es
entonces reconfortante y aporta alguna esperanza en términos de que la
impunidad en que han estado los violadores de los derechos humanos se esté
acabando. Se trata de una buena noticia para el mundo de los Derechos
Humanos y para las innumerables familias afectadas por la dictadura y sus
esbirros, pero particularmente para aquellas de las regiones de Atacama y
Coquimbo donde este ex general desempeñó sus crueles misiones. Hablamos de
las familias de los quince asesinados el 16 de octubre de 1973, pero
también de las madres, padres y hermanos de los niños Rodrigo Palma Moraga
y Jimmy Christie Bossy, asesinados en Guayacán por una patrulla del
regimiento de La Serena que posteriormente ocultó sus cuerpos, situación en
que existen sospechas que apuntan a Cheyre. Hablamos además de Ernesto
Lejderman, quien a los dos años fue entregado por este noble general a las
monjas de La Compañía tras el asesinato de su madre y de su padre; sin
olvidar tampoco a los familiares de Bernardo Cortés Castro, especialmente a
su padre que fue obligado a firmar el acta de defunción de su hijo sin
entregarle su cuerpo, ocasión en que ese padre acongojado fue sacado a
puntapiés del regimiento por el valiente general Cheyre.
La CORPORACIÓN SOLIDARIA UTE-USACH,
agradece afectuosamente a los testigos que se atrevieron a enfrentar a este
ex general con todo el dolor que el recuerdo en aquel encuentro debió
producirles, dos de estos testigos. Agradecemos al abogado Cristián Cruz
quien, a costa de empeño y perseverancia, ha luchado hasta sacar adelante
este juicio que todos esperamos se concrete en una inédita condena. Nuestra
Corporación agradece finalmente al Programa de DD.HH. del Ministerio del
Interior que apoyó este procesamiento, pese a las presiones y al sacrificio
de algunos de sus miembros que la red de protección del ex general logró
hacer que fueran exonerados, vayan para ellos nuestros especiales
agradecimientos.
Terminamos esta declaración con un
llamado a permanecer en estado de alerta ante las presiones que los
tribunales están y continuarán recibiendo, en orden a no hacer justicia.
Jamás habrá paz sin no hay justicia.
CORPORACIÓN SOLIDARIA UTE-USACH
SANTIAGO,
14 DE JULIO, 2016
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