lunes, 12 de marzo de 2018


PALABRAS DEL SEÑOR RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO EN LA INAUGURACION DEL MEMORIAL DE LA DIGNIDAD , VIERNES 9 DE MARZO 2018



Estimados presentes:



Permítanme saludar al Sr. Emilio Daroch, Presidente  de la Corporación Solidaria UTE-USACH y a sus integrantes, los que han tenido la noble iniciativa de crear el Memorial de la Dignidad por los Derechos Humanos que hoy inauguramos.




Aun cuando el tiempo es insuficiente para olvidar el dolor que nos embarga por cada una de las víctimas que debimos sufrir en tiempos de la dictadura, este acto nos hace recordar y reavivar ese dolor, pero también trae consuelo por estas nuevas vidas que representan a esos jóvenes estudiantes, académicos y funcionarios que creyeron, lucharon y cayeron por sus ideales de un Chile mejor.



Nuevas vidas, porque este Memorial alberga a 87 olivos –uno por cada caído- los que crecerán lento, pero firmes, ofreciendo belleza, paz y tranquilidad a quienes lleguen a este nuevo espacio.



No puedo menos que felicitar la elección de los olivos para esta iniciativa, ya que tiene un gran significado.



Se trata de un árbol que crece lento, como ya lo señalé, pero sus raíces son fuertes para sostenerlo en todos los embates naturales. Cuando el tronco principal muere, como por milagro surgen con fuerza otros brotes. Y, así, sigue viviendo.



La historia también nos da cuenta del significado simbólico del olivo, tanto como premio para los vencedores en batallas o en competencias olímpicas. Era el símbolo de la Victoria.



Agreguemos los numerosos frescos y obras de arte religiosos en los que encarna, junto a una paloma, la  Paz y la Libertad.



Vida, Victoria, Paz, Libertad. Cuatro símbolos que crecerán en los 87 olivos que hoy la Corporación Solidaria UTE-USACH entrega generosamente a la comunidad universitaria, y que nos recuerdan a nuestros caídos.



Es el triunfo de la vida por sobre la muerte, y es la mejor manera para reconocer, por siempre, a nuestros hombres y mujeres, estudiantes, académicos y funcionarios, que creyeron en un mundo mejor. 



No puedo dejar de mencionar la satisfacción personal e institucional cuando, el 6 de septiembre del año 2013, otorgamos en forma póstuma los títulos profesionales a los 39 estudiantes que perdieron sus vidas víctimas de la dictadura. Hicimos justicia y reparamos, en una pequeña parte, la deuda que teníamos con ellos y sus familiares.



Honrémoslos, además, contribuyendo con nuestro quehacer para construir un Chile mejor, más justo e inclusivo con todos.



Hoy día la Universidad de Santiago de Chile, heredera orgullosa de la Universidad Técnica del Estado, crece y trabaja para responder a los desafíos del país. Hemos ampliado las áreas de formación profesional e impulsado la investigación, innovación y vinculación con el medio.





Nadie puede desconocer nuestro aporte determinante en la inclusión, igualdad, gestión estratégica con calidad y equidad,  como actores centrales de la producción de conocimiento.



Por otra parte, hace pocos meses logramos la promulgación de las Leyes de Educación Superior y de las Universidades del Estado, que responden a las demandas que por años planteamos. No me cabe duda que los caídos que hoy homenajeamos, estarían orgullosos de lo logrado. Pero todavía falta mucho camino por recorrer, y estamos dispuestos a seguir trabajando para avanzar.



Estimados presentes:



Reitero mis agradecimientos al Emilio Daroch, Presidente  de la Corporación Solidaria UTE-USACH, a sus integrantes,  y a todos quienes hoy nos acompañan.



Muchas gracias.

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