Estimadas(os):
Mucho me alegré de enterarme del gran éxito de la versión 2008 de nuestro ya tradicional encuentro anual en La Selva. Me habría encantado participar, pero un problemita de salud (afortunadamente tratable y pasajero) me impidió estar con Uds.
Aprovecho esta oportunidad para valorar la supervivencia de la vieja llama de la UTE, que, asombrosamente, no se ha apagado con los ventarrones, temporales ni marejadas de nuestra historia y sigue alumbrando nuestro camino y entibiando pieles y corazones.
También me produjo gran alegría apreciar cómo se suman a nuestro encuentro anual miembros de generaciones estudiantiles posteriores a la mía, compañeros procedentes de otros ámbitos y senderos así como numerosos jóvenes. La persistente y afectuosa convocatoria de Osiel parece ganar fuerza con los años y se ha extendido mucho más allá de la UTE. Que así siga siendo.
El encuentro anual se ha convertido en una oportunidad de diálogo y consideración de iniciativas comunes entre grupos afines que, cada uno con su propia identidad, organización y actividades, interactúan, enriqueciendo así la experiencia de todos. Valoro muchísimo esta diversidad y, como ya he manifestado a varios compañeros(as) no veo ninguna necesidad de limitarla generando una gran organización que abarque a todos estos grupos e individuos, puesto que hay muchos (como yo) que no pertenecemos a ninguna de las organizaciones que acuden al que ya podemos con justicia llamar “el llamado de La Selva”.
Quisiera terminar destacando el papel que el blog “La UTE Vive” ha seguido interpretando, al dar a conocer día a día nuestras actividades con el poder de la palabra y la imagen.
Un gran abrazo para todos.
Lucho Cifuentes
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