martes, 7 de octubre de 2008

UNIVERSIDAD TECNICA DE ANTOFAGASTA, SALUD, AQUI ESTAMOS OTRA VEZ

CUATRO MOSQUETEROS DE LA UTE ANTOFAGASTINA



Moisés Ojeda estudió en la Escuela de Minas de Antofagasta de 1963 a 1968, y luego ingresó a la Universidad Técnica del Estado de esa ciudad, y su desaparición fue un dolor muy grande porque la dictadura la vendió a vil precio, y que los sindicatos del salitre hubiesen recuperado el edificio central, constituyó una alegría para los ex uteínos, y todo aquel período lo recuerda con nostalgia y que ahora se denomine Universidad de Antofagasta, sigue siendo para muchos la UTE, algo que aún se siente en el corazón.
A su juicio la UTE no ha muerto, porque fue una universidad que se gestó de una manera muy combativa, ya que los trabajadores del salitre se formaron en ella a sus hijos, para que volvieran como profesionales a las empresas donde ellos laboraron como obreros y es por eso que se hizo el Colegio Salitre Mina, ese fue el criterio. Más adelante fue Escuela de Minas y posteriormente la UTE.
El año 68 comenzó la reforma y la industrial dejó de ser grado oficio y fue GTP, Grupo Técnico Profesional, como yo venía atrás salí como obrero especializado en minas. Los antecesores míos son Técnicos en Minas.
Y la dictadura mató a la UTE y eso todavía me duele que nuestra universidad haya desaparecido.
Y el rector Enrique Kirberg, como rector en Santiago nos representó a todos, yo ya era trabajador de la minera donde hoy trabajo hace 37 años.
Recuerdo nuestros aniversarios, que se celebraban el 24 de abril en Antofagasta.



Víctor Rivera, tiene excelentes recuerdos de la universidad técnica del Estado, ya que fue la mejor etapa de su vida juvenil, que los amigos que encontró en aquellos años lo continúan siendo, ya que llegó a Antofagasta a estudiar el 3º y 4º Grado Oficio los años y el 69 entró a la UTE.

A su juicio, hay un espíritu UTE y la última vez que estuvo en Antofagasta, trabajando para el proyecto ESCONDIDA, se junto con varios compañeros de universidad que querían tratar de recuperar el edificio y los talleres, pero todo estaba vendido.

Por ello llama a los compañeros de esos años de la UTE, poder juntarse para hacer algo por nuestra universidad, porque no basta con el recuerdo y lo que hizo gente maravillosa, porque la UTE puede renacer, y sería lo más grandioso de la vida, pero es un problema político que se debe resolver a nivel de gobierno para reactivar la Técnica.



Joaquín Vergara, siente que es una emoción muy grande ver canosos y maduros a los amigos y compañeras de la UTE, y ver que los valores y recuerdos son comunes, y parece que no han pasado los años, al verlos llenos de vida y manteniendo el alma juvenil.

A su juicio, el sistema tiene consumidos a los chilenos y si en la enseñanza superior renace una UTE, sería como una epopeya, algo que sería fantástico y maravilloso.

El mensaje que nos deja es que no hay que olvidar el pasado, ni las raíces y proyecciones que se tuvieron, qué se buscábamos para nuestros hijos y para el país, pero juntos podemos salir de un sistema que nos agobia, y ahí puede estar la ciencia de reencontrar un camino, que se haya en este tipo de encuentros fraternales, que fortalecen el espíritu.



Silvio Ayala recuerda que la UTE creció de 9 a 21 sedes y en Antofagasta aumentó el número de alumnos, y como había una sola residencia estudiantil para los hombres, comenzó a sentirse la falta de un lugar para recibir a las mujeres, por eso la FEUT logró que el municipio de Antofagasta prestara un terreno, para instalar unas cabañas para recibir a las compañeras que venían de otras ciudades, porque no tenían dónde vivir.

Estos problemas se resolvieron por la iniciativa del movimiento estudiantil, preocupado de estas dificultades sociales, que debía vivir cada uno de nosotros.
Y así había que solucionar las cosas, de manera real, y por eso hoy ha sido grato compartir con jóvenes de otras universidades o que estudiaban en la enseñanza medio hasta 1973.

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