miércoles, 13 de octubre de 2010

EL 18 CHICO BICENTENARIO en LA SELVA de OSIEL




En esta tradicional celebración de las Fiestas Patrias, Osiel atrasó su convocatoria en 2 semanas, en solidaridad con los comuneros mapuches, que mantenían una huelga de hambre, como medida extrema de presión para que se escucharon sus reivindicaciones desde Arica a Punta Arenas y por todo el Mundo.

Apenas la mayoría de los comuneros llegaron a un acuerdo con el Gobierno, y depusieron la huelga de hambre, que duro 88 días, en las cuales algunos mapuches bajaron más 25 kilos. Osiel cursó la invitación para el sábado 9 de octubre. En esta heroica y costosa lucha, lograron colocar en la agenda pública el tema de la pobreza de los comuneros mapuches, la falta de tierras para vivir y producir, su marginalidad y su discriminación en la justicia.



En este contexto de alegría y triunfo llegamos con nuestras familias a este encuentro de amistad, fiesta de abrazos y reminiscencias, orgullosos y alegres, de haber sido protagonistas y actores, luchadores de la construcción de un mundo mejor, justo, solidario, más equitativo, más democrático.

Al llegar a la Selva el comité de recepción nos invita a colocarnos en nuestro pecho, un sello con la bandera mapuche, como símbolo de nuestra adhesión a la causa y lucha de nuestro mayor pueblo originario, los cuales nos cobijaron y nacimos en sus tierras ancestrales.

Se inicio la celebración izando las respectivas banderas chilenas y mapuche, junto a un campesino - huaso chileno y a un ex alumno de la Ute-Usach.
La vida es efímera, nunca sabemos cuándo nos toca y a cuando nos vamos de este mundo. Aunque si, ella nos avisó con su larga y dolorosa enfermedad, se recordó su aporte a la lucha social realizada por Ana María Varela recientemente fallecida, junto a su cónyuge Juan Hernández, Ingeniero de Ejecución Mecánico de la Universidad Técnica del Estado.



Este 18 Chico fue una triple conmemoración, porque la noche anterior se había levantado la totalidad de la huelga de hambre de los mapuches y a las 8 de la mañana una de las máquinas perforadoras habían llegado a los 622 metros bajo tierra donde se encontraban los 33 mineros atrapados por el derrumbe de la mina San José. Por tanto estábamos a horas de su rescate, que tuvo a la humanidad expectante, y de pasar de la oscuridad a la luz.

Los trabajadores mineros habían quedados aprisionados por este desplome de la mina, predecible, porque sus dueños y ejecutivos no respetaron las leyes de seguridad, normas y procedimientos que toda faena minera debe cumplir para casos de siniestro y evacuación,

Para nosotros esta irresponsabilidad de los dueños de la empresa, nos caló hondo, porque como estudiantes de la Universidad Ute-Usach, hicimos Trabajos Voluntarios el año 1971 y 1972 en el Mineral del Teniente de Cobre y en las minas de carbón de Lota y Coronel, habíamos realizado trabajos similares, en el Chiflón del Diablo, por tanto teníamos la experiencia de las normas de seguridad y conocimos la dureza del trabajo minero, al tener que soportar el inmenso calor, la alta humedad, la claustrofobia. Durante 20 días hicimos turno de 8 horas, bajábamos 500 metros de profundidad y transitábamos 14 kilómetros al interior del mar, en vagones y correas transportadoras de carbón para llegar al fondo de explotación de la mina, por estas vivencia, esta tragedia la sentimos tan cercana.

Por eso brindamos por los 33 mineros al término de 69 días de encierro



El rescate de estos 33 mineros, hijos de esta tierra chilena, junto con un ciudadano Boliviano, lo sentimos también como si fuera el rescate de nuestra vida, y nos hace mantener viva la esperanza de la más democracia y solidaridad y de seguir luchando por las normas de seguridad y por todas las injusticias de la vida.

Debo recordar que su rescate con maquinas perforadoras de sondaje se inicio 96 horas después del derrumbe y a los 15 días daban mínimas posibilidades de encontrarlos con vida. Por tanto su liberación es un triunfo de la presión de los familiares de los mineros, de los sindicatos, de la Federación Minera y de todos los chilenos que aportaron con sus impuestos, para costear su rescate de las personas, empresas y gobierno que participaron. Así como fue una hazaña histórica la operación de rescate (US$10 millones), así de grande fue el incumplimiento de las leyes y normas de seguridad que se trasgredieron, que se burlaron, que se omitieron.



Este 18 chico nos honraron con su presencia más de 200 amigos y amigas entre ellas destacó a Verónica Antequera, hija del primer director de la Escuela de Diseño de la Ute, viuda del Profesor Manuel Guerrero, héroe de la democracia y mártir del pueblo chileno, quien fue asesinado, degollado por la Dictadura de Pinochet. Verónica estuvo junto a su hijo Manuel Guerrero Antequera, Profesor de la Universidad de Chile y Concejal de la comuna de Ñuñoa, quien ha liderado varias velatones por la libertad de los mapuches

El Presidente de la Corporación Ute- Usach informo de la constitución del Premio a los Derechos Humanos en el Liceo Tecnológico Enrique Kirberg y la continuación del premio en recuerdo de Gregorio Mimica, detenido desaparecido por la dictadura desde el 14 de Septiembre de 1973

También nos honraron amigos de Alemania, Australia, China, Brasil, Francia, Italia, Japón, Noruega, México y Uruguay. Llegaron como siempre exalumnos de la Ute, desde Valparaíso, Viña del Mar, Quilpue, Villa Alemana, Rancagua, Talca, Concepción, Temuco y de todos los barrios de Santiago.



Después del rico pan amasado preparado por Amelia, recién salido del horno de barro, de la selva y el asado fraternal, hacen su aparición en escena el carro de la victoria del inicio de la Republica de Chile, con sus paisanas vestidas con sus trajes típicos de chinas. Y Huasos en sus cabalgaduras de la Junta de Vecinos, haciendo demostración del dominio de sus yeguas y caballos, juntos al conjunto de canto u baile la corralera de San Bernardo.
Todos ellos ofrecen su espectáculo a los invitados de Osiel, anfitrión del 18 Chico en la Selva. Y nos deleitan con sus voces, el tocar de sus guitarras. La música, invadió el ambiente, junto al coqueteo y el tacón de las espuelas, viendo y bailando decenas de pie de cueca.



Posteriormente un conjunto de música del folclor andino compuesta de hijos de egresados de la Ute, junto a la cantante Cecilia Jara, ex alumna de la Usach, nos interpretaron hermosas canciones. Posteriormente bailamos salsa, merengue, cumbia, tangos, boleros, corridos mexicanos, todos al compas hasta la 10 pm.

Resalto las tertulias de los encuentros del quehacer de cada uno, de nuestros hijos e hijas, sus penas y alegrías, que brotan por doquier desde las 13 hrs, por las mesas con mantel blanco, por senderos del bosque enbanderado, apreciando el canelo, árbol sagrado del pueblo mapuche, que sus sólidas hojas combaten el reumatismo y los trastornos circulatorios. Además de sus propiedades desinfectantes y cicatrizantes. Intercambio de vivencia en un rincón de la multicancha, al lado de aromo y del rosal, cerca del horno de barro, debajo de la sombra, olfateando las parrillas asaderas, por la casa perfumada, por el living arreglado, el comedor enchapado de nostalgias, y en especial en la cocina, limpiando la vajilla, preparando un te hierbas de mente, boldo o manzanilla o un café negro.



Conversaciones de lo humano y lo divino que no cesaron hasta las despedidas que son las más largas y entretenidas, con intercambio de tarjetas, correos, ofrecimientos de habilidades y competencias, soluciones a problemas que parecían indisolubles, estados de salud y recuperaciones, búsqueda de empleo y relato de nuevos proyectos y trabajos, miradas retrospectivas, besos, abrazos y algunos llantos y enamoramientos que duraron hasta las 12 pm, pero su recuerdo y nutrientes duraran 365 dias, sin olvido.

Para unos esta fiesta del 18 chico en la Selva, fue más intensa que a otros, dependiendo del estado de ánimo, del grado de apertura o asertividad, de la preocupación o pregunta de la vida del compañero de curso o generación. Se nos hizo corto el tiempo para conversar y en algunos casos para saludar a todos.
Gracias Osiel y cada uno de los que cooperaron para el éxito de este 18 Chico Bicentenario. Agradecemos a la Corporación Ute-Usach por su aporte y convocatoria y a todos quienes contribuyeron hacernos pasar un día tan hermoso y significativo de nuestras vidas.

Juan de la Rivera

1 comentario:

  1. Carlos Martínez dice:

    "brindo por 200 años, que en vano no han pasado, por desgracias hemos caído y también llorao, pero juntos siempre nos hemos levantao!!".

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