sábado, 27 de junio de 2015



LOS 81 OLIVOS                    

Ingresar por la puerta principal de la USACH, es simplemente imposible… Los buses de las FFEE de Carabineros, los “zorrillos”, las bombas lacrimógenas, los encapuchados; han convertido el campus universitario en una batalla campal  de una tóxica e irrespirable atmósfera;  lo que  obliga a desistir de su  entrada, hasta al más temerario convocado… Parecemos actores de una pretérita, realista  y sarcástica película en blanco y negro. Un sentimiento de dolorosa ironía nos recorre enteros… Han transcurrido casi cuarenta y dos años y, todavía lo que era nuestra amada Universidad, junto a ella, la educación chilena, están  muy lejos de  recuperar  esa “conquistada dignidad”, arteramente arrebatada por la sangrienta dictadura militar.  

El acceso obligado lo hacemos por la Quinta Normal, a través de la Avenida Portales. Los vetustos edificios, otrora, valiosa muestra de la arquitectura social, diseñados  con toda  la humanidad y el respeto a la clase trabajadora -  Erguidos, invulnerables ante las inclemencias del clima, los años, la historia…   Sus despejados pasillos, las ventanas de los departamentos de los horrorizados pobladores, fueron utilizados como malditas e improvisada barracas para desde allí, obtener el demencial blanco perfecto, usados  en contra de la desarmada y vulnerable comunidad de la UTE. Sólo en  las primeras horas de haber estallado el golpe de estado,  asesinaron por la espalda a nuestro inolvidable fotógrafo y camarógrafo, Hugo Araya. A nuestra compañera, funcionaria del Departamento de Cine, Marta Vallejos Buchmann. De esta ruin y pavorosa manera  casi le arrancan la vida a Marianela Vega, nuestra querida “Peca”.


La negra e interminable noche  se apodera de la Universidad Técnica del Estado y, de todas sus sedes a través de todo el país… Su historia antes, bastión de la Reforma Universitaria, democracia y compromiso con los pobres, es de aquí en adelante, escrita con la tinta sangre de los expulsados, torturados, prisioneros, asesinados y desaparecidos.

Hasta el día de hoy contabilizamos ochenta y un caídos; entre estudiantes, académicos y funcionarios de la UTE de Santiago y provincias,  que murieron luchando contra la tiranía fascista.

Hoy, jueves 25 de junio, en nuestra amada Universidad, llamada hoy  Universidad de Santiago, nos hemos congregado para inaugurar este “Parque de los héroes”. Entre el Centro de Investigación Tecnológica (CITECAM), y el Departamento de Matemáticas y Ciencias de la Computación, emerge una silenciosa franja verde, sólo interrumpida por añosos pimientos y jacarandá.


En este jardín santo, recién sembrados  de juveniles ochenta y un olivos; reirán, corretearán, arreglarán el mundo y amarán…  Los espíritus de nuestros ochenta y un mártires – Los olivos lograrán su pletórica madurez parodiando nuestras luchas por alcanzar el cielo -   Y,  nos sobrevivirán por generaciones –

 Los ancianos padres, hijos, familiares y, nosotros sus compañeros; abandonamos la UTE, con nuestros rostros salpicados de estrellas. 
IRIS ACEITON VENEGAS

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