PALABRAS DE IRIS ACEITON VENEGAS EN LA PRESENTACION DEL LIBRO DE ALBERTO RIOS EL VIERNES 13 DE NOVIEMBRE EN EL SALON DE HONOR DE LA USACH
EL SUEÑO
DE ALBERTO
Y aquí
estamos, junto a tu familia. Con tu
Lily amante y guardiana. Tus amigos. Estamos tus hermanos cumpliendo tu último sueño. La culminación de este libro que te provocara los
últimos desvelos – carcajadas–
sonrisas y – lágrimas…
En esta
sala que tantas veces pisaste… Donde se fraguaron y discutieron
los albores de la Universidad democrática a la que aspirábamos.
Esta
sala, con este mural de Roberto Matta: “Vivir enfrentando las
flechas”, ahora restaurado, suspendido en este muro reconstruido, sobreviviente
como la mayoría de los que aquí nos encontramos…
Sobrevivientes
de la orgía de horror y muerte desatada
contra nuestra amada Universidad por las desquiciadas fuerzas golpistas, hace más de
cuarenta y dos años.
Hablar
de ti Alberto, es cerrar los ojos y retroceder decenas de
años –– Verte cruzar el puente de la
Casa Central para acceder a la FEUT –– Con tu tranco enérgico –– En tu cuerpo
flexible como el de un adolescente –– La
mirada oscura, inteligente y burlona –– Me saludas en ruso:
––
Tovarich Aceitón –– Dé- bra- ye- útra ––
––
¡Camarada Ríos –– ¡Hábleme en español,
que yo le entienda! ¡Que me pueda
defender por la cresta! Te replico,
siguiéndote el juego.
Me observas de pies a cabeza –– Te ríes de mi diminuta minifalda
–– De mis zuecos empinados –– De mis ojos
subrayados con grafita rebeldía –– Te detienes en mis pestañas, tiesas
de rímel trasnochado.
––
¡Cómo pueden ser las comunistas tan feas! ¿Tendremos que ir a buscar mujeres
bonitas al Partido Nacional, a Patria y Libertad?
Y tus carcajadas recorren el Casino de la
Pancha, los pasillos del Pedagógico ––
¡Indignada!
–– Te tapo a garabatos –– Los selecciono
–– Los más groseros, los menos aceptados en los labios de una muchachita universitaria
y, menos aún de la Jota –– Te hace
gracia mi arrebato, mi atrevimiento ––
Tus risotadas se apaciguan –– Me abrazas, te disculpas –– Y te indulto, ya calmada… –– Con la seguridad que dentro de
poco, por una misma u otra razón, un episodio similar protagonizaremos.
¡Cuánto
aprendimos a tu lado! –– Esa FEUT gloriosa 1970-1971- La que magníficamente presidiste. Con el Departamento de Bienestar recorríamos las sedes de provincias–– Los estudiantes y sus
demandas eran el eje de todo nuestro quehacer –– En tu segundo período
1971—1972 me destinaste al
Departamento de Trabajos Voluntarios
–– “Aumentar la producción es también revolución” –– Hicimos propio el lema del gobierno –– Las Brigadas de la Producción, las
Brigadas de Alfabetización acompañadas
por nuestros grupos de teatro y los más talentosos conjuntos musicales; instaló a la UTE
en el corazón mismo del pueblo chileno.
Junto a
nuestro rector don Enrique Kirberg,
fuiste un extraordinario anfitrión –– Recibiste como huéspedes a los más ilustres de la ciencia, la política y el
arte del mundo entero. Chile era el espejo del mundo progresista y –– La
Universidad Técnica del Estado resplandecía con el más idóneo
y candente fulgor…El doctor Salvador Allende en su inolvidable gira por América y Europa,
te eligió a ti Alberto Ríos, presidente
de la gloriosa FEUT como el único dirigente estudiantil que integraría su
comitiva, lo que nos colmó del más legítimo orgullo.
Somos
los hijos de la UTE –– De la Universidad que ese 11 de septiembre de 1973 –– El
presidente Salvador Allende eligió para llamar a un plebiscito ––
Como desesperado y último recurso y
tratar de evitar el golpe de estado que irremediablemente se cernía
sobre nosotros…
Después
de muuuucha agua, bajo y sobre el puente, después de varias décadas, sabemos que tu salud se
resiente –– Llegamos hasta tu penúltimo
sueño: “El sueño de Cartago” –– Nos
abres tu casa –– Respiramos tu aire –– Recorremos
tus tierras –– Acariciamos tus
perros. Aprendemos a valorar y a querer a tu tremenda compañera, tus
hijos, tus nueras que en la realidad son “síeras”, tu nietada.–– Somos
un grupo de mujeres y hombres que en la madurez de la vida y, conscientes del privilegio de haber vivido
una de las etapas más esplendorosas y dramáticas de la historia de nuestro
país, llegamos a tu hogar para hacerte saber que no olvidamos ese
inconmensurable aporte que en la plenitud de tu vida, le entregaste a nuestra
querida Universidad y también a nuestro
país.
En tu mesa cálida y firme, saboreamos la tortilla española de la Lily, entre copas de vino tinto, entre risotadas, pequeñas disputas y sentidas lágrimas; entretejemos las primeras líneas de tu libro.
Nos
asombra tu memoria privilegiada ––
Nombres, personajes, situaciones, episodios que los manejas con la
precisión de una enciclopedia. Tu lucidez, el dominio que tienes de la
contingencia nacional y del mundo. Nos das tareas que religiosamente cumplimos.
Nos obligas a pisar después de décadas la remozada Biblioteca Nacional, allí recabamos
informaciones. La UTE siempre fue noticia. Fotocopiamos tu juvenil rostro que
aparece en entrevistas y declaraciones
junto a los principales actores de la política nacional e internacional, en diarios y revistas de la época.
Muy
pronto derribamos la barrera del tiempo que una vez nos distanció…–– ¡Volvemos a ser jóvenes, constructores de nuestros destinos–– Felices! –– Aparecen
los nombres de nuestros compañeros, los rostros –– Los chascarros –– Heroísmos
y sacrificios –– La traición y la muerte –– Del llanto pasamos a la risa
destemplada –– Me provocas, te ríes de los incalculables kilos que me superan –– De mi lenguaje procaz,
a estas alturas sin remedio –– Nos
sorprende y a veces descoloca tu
increíble “renovación ideológica”… Con
la valentía y el desparpajo de siempre, defiendes a morir tus
posturas esgrimidas la mayoría de las
veces con valederos fundamentos… –– En muchos temas estamos en
total desacuerdo. –– Discutimos, a veces acaloradamente… –– No en vano soy tu
discípula –– Después de las crisis –– Nos enviamos largos y hermosos correos de desagravio –– Potenciando
nuestra amistad.
Empiezas
a inquietarte, nos exiges acelerar el ritmo en la ejecución de las tareas que nos demandas. Observamos con
dolor tu deterioro físico: más delgado, demacrado, más pensativo y triste... La
capacidad intelectual incólume. La Lily
como un hada fantástica en la levedad de tu entorno, resuelve todos los
problemas que se te presentan. Finalmente brindamos por el término de tu último
sueño. “Los hijos de la UTE” están en fotocopias anilladas. Sabes mejor que
todos nosotros que el fin se aproxima…
En la postrera visita a tu parcela –– En la partida –– Me fui
quedando rezagada, de las últimas, para abrazarte –– Te besé en las mejillas largamente –– Casi no pronunciamos
palabras, sabíamos que este era nuestro último encuentro –– Después de caminar
varios pasos, hacia la camioneta –– No
fui capaz de repetir lo que hacía siempre : Volver la cabeza y gritarte tonteras que te hicieran
reír ––
Habrías descubierto mi cara bañada y consternada por los sollozos y –– Y
te habrías reído mucho al comprobar los estragos del hollín del rímel corrido alrededor de
mis mejillas y ojos.
Este
libro no es el exabrupto de un “viejo nostálgico”, de un puñado de “antiguos
románticos” que viven de las hazañas pasadas. “Los hijos de la UTE” fuimos
actores principales de una de las épocas más hermosas y prolíferas de nuestro
país. Pagamos demasiado caro la osadía de querer materializar los sueños de
justicia e igualdad que irrenunciablemente perseguimos.
Alberto
Ríos fue un organizador, un indiscutido líder político y estudiantil –– Fuiste
un “gran comunista” cuando se construían las bases de sustentación del gobierno de la Unidad Popular –– Fuiste un
“tremendo comunista” cuando serlo, significaba: la prisión, la tortura y la
muerte ––
Los años –– La
vida –– Los desgarros –– Las muertes
de los que tanto amamos –– Los errores –– Y las
traiciones, produjeron tu aislamiento de todo lo que anteriormente fue: –– Tu razón
de vivir y por quien expusiste tu vida y
la de los que más amaste.
No
fuiste un escritor de oficio –– Con tu salud quebrantada –– Sentado en una silla de ruedas –– Con una
extremidad inferior menos -- Con el riesgo de perder la otra –– En el crepúsculo de tu
vida –– ¡Hay que tener tu coraje!
–– ¡Tener tu fuerza! –– ¡Sentir todo este amor por lo que tú viviste! –– Para que
escribieras éste –– Tu primer y último libro.
Con mi
mochila atiborrada con los nombres de los héroes de la UTE que cayeron
por recuperar esta imperfecta democracia…
Con mi mochila cargada de sueños
inconclusos… Con la certeza que solo se envejece cuando se deja de soñar… Con
el rostro y el corazón “sin capuchas”, “descubiertos”, a cara limpia, igual que
ayer… Como una emocionada y orgullosa
“Hija de la UTE”, presento tu libro, mi inolvidable amigo Alberto.
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